En los últimos días de su gobierno los bogotanos y el país hemos podido conocer y “deleitar” cómo usan nuestros impuestos para financiar el despliegue más descarado de autobombo y autopublicidad de la próxima candidata presidencial y actual alcaldesa de Bogotá Claudia López.
Sin vergüenza alguna la señora posa, hágame el favor, de la “redentora” de la capital. Es tan infame dicha pre campaña que hasta ella misma afirma haber sido quien le devolvió la seguridad a la ciudad, así como la esperanza gracias a su “intachable”, “eficaz” y “moderna” gestión.
Sale sin temor a dar rendición de cuentas a periodistas claramente enmermelados que no se atreven a hacerle el más mínimo cuestionamiento o pregunta incómoda porque saben muy bien que la señora les ha dado y les dará si se comportan.
Si creen que exagero con la anterior información, ¡compruébenlo ustedes mismos! Con tan solo poner la radio se encontrarán con la campaña “Bogotá tiene mucho que contar”, si prenden la televisión verán publireportajes en pleno prime time sobre la capital y si leen los principales periódicos como podrán leer la extensa revista full color de “¡Le cumplimos a Bogotá!”.
Si usted aún cree que miento, lo invito a que vea en el Secop (aunque no encontrara mucho detalle sólo la asignación presupuestal) o vía derechos de petición o, si se quiere ahorrar el trajín, revise mis redes para enterarse que la Empresa de Teléfonos de Bogotá, ETB, ha gastado más de 53 mil millones de pesos en dicho autobombo.
Todo ese dineral y más, ha sido por contratación a dedo por medio de una entidad descentralizada como ETB, la cual no está obligada a reportar y mucho menos a hacer ningún tipo de licitación. Ergo, la mandataria puede elegir a qué medio, periodista o influencers le quiere repartir de su enorme presupuesto de “comunicaciones institucionales” y, lo mejor para ella, ningún opositor podrá fácilmente saber exactamente a quien y cuánto repartió.
Y como si fuera poco el vergonzoso y, en mi opinión, ilegal derroche de nuestros recursos, la señora aseguró su maquinaria electoral pasando de 31.000 OPS a un poco más de 70.000 en cuatro años de gobierno. Un salvaje aumento del 122% que le servirá para afianzar su candidatura presidencial de 2026.
En ningún país del mundo una mandataria tan mediocre e ineficiente sería viable para la presidencia, pero, lamentablemente, en Colombia, la política requiere de las dos cosas que Claudia López tiene y le sobra: ríos de plata y maquinaria.