LIONEL MORENO GUERRERO | El Nuevo Siglo
Viernes, 30 de Mayo de 2014

El conservatismo en crisis

 

El Partido Conservador sale profundamente dividido de los comicios presidenciales del domingo pasado. En realidad, el conservatismo ha hecho crisis. Pero, de las crisis salen a menudo las soluciones a los problemas. La mayoría de los parlamentarios conservadores adhiere a la reelección del Presidente, como lo manifestaron antes de las elecciones y lo reiteraron esta semana, mientras que sus electores se separaron de ellos y siguieron a la candidata oficial del partido, Marta Lucía Ramírez, apoyada por el expresidente Pastrana, quien cuenta con un importante grupo de seguidores dentro del partido. Esta diferencia entre dirigencia y miembros del partido se manifestó desde la convención conservadora cuando los delegados votaron por la candidatura de la exministra y los parlamentarios por adherir a la candidatura santista, diferencia que fue confirmada el domingo pasado en las urnas. Esta dicotomía entre masa conservadora y parlamentarios es muy diciente y merece un examen profundo por parte de las directivas del partido. ¿A qué se debe? ¿No están representando los parlamentarios a sus electores? ¿Defienden los primeros prerrogativas oficiales yendo contra el pensamiento de la masa del partido? ¿Por qué los electores y sus representantes siguen por diferentes caminos? ¿No supieron los dirigentes explicar las razones y convencer a los conservadores de que debían votar por el candidato Santos?

Durante los últimos años el Partido Conservador no ha tenido líderes caracterizados por su carisma y con notoriedad nacional. Ha estado en manos de políticos desconocidos fuera de sus regiones, que hacen acuerdos electorales con los gobiernos de turno. No ha tenido un programa definido alrededor del cual aglutinar a los electores. En muchas ocasiones el Partido Conservador no se ha presentado a una elección presidencial con candidato propio, que era lo que deseaba la mayoría de sus parlamentarios para estas elecciones adhiriendo a la candidatura reeleccionista. Hubo casos en que un candidato de clara extracción conservadora se inscribió bajo el nombre de otra agrupación política, como si candidatizarse por el Partido Conservador fuera motivo de vergüenza. Ahora surge una mujer, con carácter, que atrae a los electores, que logró imponerse en la convención y demostró que la mayoría del partido vota por ella. Es una bocanada de aire fresco en las vetustas toldas azules.

Cualquiera que fuere el resultado de las elecciones del 15 de junio, el Partido Conservador debe valerse de esta oportunidad para restructurarse. Marta Lucía Ramírez demostró en estas elecciones que tiene poder de convocatoria y que le puede dar identidad propia al partido para que deje de ser considerado un mero apéndice del gobierno de turno. Que vuelva a ser, como hace unos lustros, una verdadera alternativa de gobierno, un partido de oposición (cuando no en el gobierno) con propuestas programáticas originales, con líderes que sobresalgan en el panorama político sin tener que depender de cuotas burocráticas.