Mirando con detenimiento los boletines de la Casa de Nariño, para medios y quienes tienen interés en conocer lo que acontece por estas aristas y cantones, se observa lo poco que coinciden con la realidad que nos golpea a los millones de buscamos encontrar una vida mejor.
Sus contenidos nos ponen a pensar en la famosa telenovela mejicana “Los ricos también lloran”, cuando con bombos y platillos revela que 1.600.000 colombianos han salido de la pobreza, gracias al “cambio”.
El Dane, el ministerio de Hacienda, ni tantos institutos, dependencias, estamentos, bufetes y despachos, han podido mostrar el primero, entre esos 1.600.000 nuevos ricos, que lloran su destino.
El espejo retrovisor que, refleja dos años del “cambiazo” de presidente, deja al descubierto pedazos de cosas, desórdenes, corrupción, violencia y deterioro a lo largo y ancho de un país que anhelaba esa “democracia justa, bella y vital”, que pintaban quienes adelantaron una campaña que hoy está en apuros por haber violado los topes de dinero fijados por la ley.
Desde antes de posesionarse, el cerebro de Gustavo Petro estaba lleno de ideas para salvar el planeta. Consideraba que había que descarbonizarlo para conservar la especie humana. Así puso como piedra angular de su gobierno, acabar con Ecopetrol -joya de la corona-, prohibiéndole exploración, explotación y negocios adjuntos. Así Colombia empezó a construir la crisis energética que nos acosa. Empezamos a proyectar importaciones de crudo y gas, que elevarán el costo de vida de las clases populares, que decía defender Petro. Al carbón lo politizó, prohibiendo las exportaciones a Israel.
Las pérdidas de Ecopetrol ya son ingentes y su valor internacional cae estruendosamente porque las centrales de riesgo la descalificaron. Internamente también hay un desbarajuste porque han despedido a quienes, por años, con su sabiduría y experiencia, le daban impecable manejo a la empresa. La junta directiva recibió el golpe de gracia, al ser suplida por la inexperiencia. El presidente de la compañía vive enclaustrado buscando satisfactorias explicaciones sobre los dineros que tienen en apuros a la campaña y elección de Petro. Afortunadamente el martes derrumbaron la descarbonización petrista para devolver la exploración y explotación de petróleo y gas, razón de ser de la compañía, destinando mil millones de dólares para ello.
Esas y mil razones más nos colocan al borde del colapso al que nos conduce al estancamiento económico, el desempleo y malogran los esfuerzos del Emisor para reducir la inflación, gracias al manejo que ha aplicado a las tasas de interés.
El presupuesto del 25, que se expedirá por decreto, puede aumentar la catástrofe a la que nos han llevado los del 23 y 24, cuando Petro aumentó, como nunca antes, los gastos del gobierno para pago de nóminas súper elevadas y derroche de fondos, para montar grupos destinados a desconocidos encargos, misiones o cometidos.
El espejo retrovisor sigue descubriendo más ricos que también lloran. ¿Qué dirá esa población que dice defender el “gobierno del cambio”?
BLANCO: Excelente el podcast del Banco de la República, espacio que permitirá escuchar y entender los temas económicos. Felicitaciones a su productor Jaime Viana.
NEGRO: El ministro Bonilla presentó el presupuesto de regalías. Son 31 billones de pesos que, seguramente. “aceitarán” la aprobación de la reforma tributaria en el Congreso.