MONS. LIBARDO RAMÍREZ GÓMEZ | El Nuevo Siglo
Domingo, 15 de Enero de 2012

A Propósito de la Carta del 91 (XXV)

Reinicio para mis benévolos lectores esta serie histórico-constitucional refiriéndome a la situación de que mientras en Bogotá gobernaba el general Mosquera, (1861) por su Revolución triunfante, en el Sur el presidente electo, Julio Arboleda, afrontaba un conflicto que se suscitó por un grupo de revolucionarios que se pasó al Ecuador, lo que trajo declaración de guerra a Colombia de parte del presidente Gabriel García Moreno, cuyas tropas fueron derrotadas por las de Arboleda (31-07-1862). Dolorosamente en esos ires y venires bélicos por las montañas de Berruecos, el 12 de noviembre de 1962, fue asesinado Don Julio Arboleda, a sus 47 años, pionero de la política y de la literatura colombiana, autor de uno de los más bellos poemas épicos Gonzalo de Oyón.
Dueño Mosquera del gobierno, pues asumió como Presidente, erigió a Bogotá como Distrito Capital y sede del Gobierno Nacional, creó el Estado del Tolima, creó Junta Plenipotenciaria de los diferentes Estados para resolver asuntos de mayor importancia y convocó a una gran Convención para dar nueva Constitución. Efectivamente el 4 de febrero 1863, en Rionegro, se reúne memorable Convención, con 64 convencionistas en representación de todos los Estados existentes en ese momento en Colombia. Fueron excluidos de ella los conservadores, y los participantes estuvieron divididos entre “mosqueristas” e “independientes”, con deliberaciones hasta el mes de mayo.
Decisiones principales de esa Convención fueron darle al País el nombre de “Estados Unidos de Colombia, dando plena soberanía a cada uno de los Estados. Se ordenó la efectiva separación entre la Iglesia y el Estado, libertad y tuición de cultos, prohibición a las comunidades religiosas de adquirir bienes y confiscación por el Gobierno de gran parte de cuentas de ellas. Los períodos presidenciales se fijaron en dos años.
La Convención ratificó a Mosquera para que gobernara hasta abril de 1864. Fue elegido, según lo dispuesto en la Constitución de Rionegro, para el periodo 1864 a 1866, el jurista chaparraluno Manuel Murillo Toro, muy versado en estudios, con experiencia en el gobierno seccional de Santander y en la diplomacia, a quien siempre se recordará por haber organizado los primeros Telégrafos en el país (01-04-1865).
Para el período (1866-1868) fue elegido, de nuevo (para cuarta administración) el general Tomás Cipriano de Mosquera, a quien desde el 1 de abril al 20 de mayo reemplazó el gran tribuno del Agrado (Huila) José María Rojas Garrido. Mosquera, una vez asumido el mando, fue dando pasos hasta convertirse en Dictador (29-04-1867) por enfrentamiento con el Congreso. Desde este cuerpo colegial se fraguó, en menos de un mes, la manera de que él Segundo Designado, médico boyacense, Santos Acosta, asumiera el mando (el Primero, Santos Gutiérrez, estaba en Europa). Encarcelaron a Mosquera en acuerdo con el coronel Daniel Delgado, jefe de la Guardia de Palacio (23-05-1867), y fue juzgado por el Congreso por extralimitación del poder. Siguió en el gobierno Santos Acosta hasta abril de 1968.
Salido definitivamente del mando Tomás C. Mosquera, y teniendo como herencia suya la Constitución de 1863, siguen ocho gobiernos con períodos de dos años, a los que luego nos referiremos. Mosquera, ya retirado del mando, y liberado de la cárcel, fue desterrado por dos años al Perú, a cuyo regreso fue nombrado Presidente del Estado del Cauca (1875) y luego Alcalde de Coconuco, en donde murió a los 80 años (7-10-78), según unos distante y según otros como piadoso cristiano. (Continuará).
mons.libardoramirez@hotmail.com
*Presidente del Tribunal Ecco Nal.