Ante la gran posibilidad que el General de la reserva activa Oscar Naranjo Trujillo, sea el reemplazo del Vicepresidente de la República, Germán Vargas Lleras, se desataron toda suerte de conjeturas. Por fortuna en su mayoría de buena factura. Reconozcamos que las pluralidades ciudadanas y los representantes más destacados de los partidos políticos, recibieron con aquiescencia la comunicación del Señor Presidente. El país se sorprendió con la noticia por dos razones: primero, porque al señor Vicepresidente todavía le queda hasta el mes de mayo para presentar la dejación del cargo y, segundo, por la independencia partidista registrada en los antecedentes del General Naranjo, todavía más sabiendo que la mayoría de partidos aspiraban a tener personas avaladas por ellos ocupando esta dignidad. Sin embargo el presidente Santos seguramente valoró en la imagen del general algunos intangibles, que le generan seguridad administrativa y estratégica de cara al posconflicto, evaluando los axiomáticos frente a los mordaces; honrando en alto grado las excelentes relaciones del señor General con las autoridades norteamericanas, vinculo que facilitará el desarrollo de planes y programas.
Sin hacer mayores enaltecimientos a la figura del General vale la pena reconocer su trayectoria profesional, recordando que dedicó la vida a una institución, haciendo de ella su familia primaria y consagrando sus mayores esfuerzos a luchar contra la delincuencia en todas sus formas, encarándola desde los distintos niveles de inteligencia, luego pasando por la policía judicial e investigación criminal, para terminar como comandante de departamento, ajustándose al tema de la seguridad ciudadana, razón fundamental en la función policial, concluyendo la carrera profesional como director de la institución. Dejemos de lado los estudios y reconocimientos, bástenos rescatarlo como hombre con valores, que cada quien en su interior y leal saber, tasará.
Hacia la fuerza pública, el comunicado del Presidente es un mensaje sumamente importante y trascendental. Seguramente pasarán muchos años para que un nombramiento de esta envergadura recaiga en uno de sus miembros; ojalá Dios en este reto abra espacios futuros. Recordemos que varios hombres en la reserva y actividad han desempeñado cargos representativos en las administraciones, sabemos sin pretensiones ni engreimientos que la mayoría tiene la formación, los conocimientos y quilates necesarios para ejercer cualquier cargo o responsabilidad, pues su paso por las fuerzas les dio la experiencia y jerarquía necesarias. Hoy el destino se direccionó hacia el General Oscar Naranjo y estamos seguros que nos representará con lujo de competencia, convirtiéndose en tutor permanente de los intereses de instituciones pertenecientes a la fuerza pública. Será nuestro representante ante el alto Gobierno, desvelado vigilante del desarrollo y puesta en marcha de lo acordado con las Farc. Definitivamente los miembros en armas de ayer y de hoy contamos con un adelantado en quién ponemos nuestra confianza.