La voz cantante y fiel a Dios, y a su pueblo, del gran Papa Francisco, ha iniciado desde ya un gran llamado a la oración por la Iglesia, al acercarse en el año 2025, Nuevo Jubileo de fundación por Jesús de Nazaret, a cuya cabeza, como difusores y continuadores de su obra, dejó al Apóstol Pedro con los otros once Apóstoles. Esa intensa y fervorosa oración es la súplica de protección divina ante tantas persecuciones e incomprensiones contra esa Iglesia, que, a imitación de su Fundador, se la ha pasado “haciendo el bien” (Hech.10,38). Esa oración es de gratitud y reconocimiento de su milenaria y fructífera labor.
Por promesa de Jesús, grandes protectores se han tenido, y manifiestas luces y fortaleza del Espíritu Santo, por más de dos milenios. Ha tenido la Iglesia a su favor dirigentes de naciones como Constantino (+337) y Clodoveo (+511), también, Pontífices Romanos dechados de santidad y celo apostólico como León (+461) y Gregorio (+604), Magnos, a la vez que grandes maestros de doctrina y espiritualidad, como S. Agustín (+450) y Santo Tomás (+1274). A la vez mujeres santas como Santa Helena madre de Constantino (+328) y Santa Mónica (+387), madre de S. Agustín y Santa Catalina de Siena (+380), dialogante con los Papas para regresar de Aviñón a Roma (1377). Larga lista de grandes figuras continúa en la historia de esta bendecida Iglesia, sin vacíos de su presencia hasta nuestros días, con personalidades extraordinarias como Pio IX (+1878) y León XIII (+1901), pasando por S. Pio X (1914) y al Santo y sabio Pio XII (+1958).
Muchos más dechados de ciencia y santidad se han tenido a través de los siglos, que es imposible no destacar. Algunos como el jesuita Teilhard de Chardin (+1955), el filósofo Jacques Maritain (+1973), el gran S. Juan Pablo II (+2014), la Madre Teresa de Calcuta (+1997), y dechados de fervor misionero, como la Santa Madre Laura Montoya (+1947), que encabeza la ya larga lista de Santos y Beatos que han nacido o vivido en Colombia.
El Clamor de Oración al que convoca el papa Francisco se ve justificado por el deber de agradecer el anterior santoral de apenas parte de entusiasmador listado. Es un pasado rico en frutos debidos a la oración callada y fervorosas de tantas almas humildes, con un futuro cuajado de bien si se prosigue con perseverancia. La oración no es solo con plegarias sino con las buenas obras minuto a minuto ofrecidas al Señor. Lo anterior es el especial contenido de la reciente mencionada Exhortación del papa Francisco.
Estas grandes celebraciones Jubilares en grande, en la Iglesia de Cristo solo comienzan en 1933 con especial despliegue con la convocatoria de Pio XI, en memoria de los mil novecientos años de la Pasión y Muerte del Señor. Después, el Papa S. Juan Pablo II, en 1983, cincuenta años después, convoca nuevo “grande Jubileo”. Esta palabra, en general es en el aniversario de un acontecimiento notable cuyo recuerdo se expresa con gritos de alegría.
En la Biblia, especialmente en el Levítico, habla de “Jubileos”, con detalles de ritos, especialmente cada 120 años, en memoria de los vividos por Moisés. Pronto tendremos, ahora, detalles de circunstancias para ganar indulgencias en este anunciado para el 2025, porque se nos pide fervorosa oración.
*Obispo Emérito de Garzón
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