Orlando Cano Vallejo | El Nuevo Siglo
Martes, 24 de Marzo de 2015

“Es una especie de puerto libre al desarrollo”

MIRADOR

El Plan

De  nada sirve un Plan Nacional de Desarrollo si las gentes no lo conocen, no lo entienden ni lo hacen como suyo. Casi 704 billones de pesos valdrá el nuevo enfoque social del país y éstos no pueden ser arriesgados. No puede ser un PND a la topa tolondra, sin socializarse ni tener cercanía con la comunidad.

América Latina ha hecho esfuerzos similares a los que hoy emprende Colombia para mejorar la condición económica y cultural de su población, partiendo de un eje fundamental: educar más y mejor para prosperar con equidad. Los ensayos han dado resultados no del todo exitosos. Si se mira el horizonte global del continente no será difícil encontrar que a excepción de naciones como Chile, el tejido social de los pueblos parece aún roto.

Tanto el Gobierno como el Congreso tendrán una tarea urgente: transmitirle confianza al país sobre la fortaleza política y económica del Plan de Desarrollo que está para trámite de plenarias de Cámara y Senado.

¿Qué saben hoy los colombianos de los ingredientes básicos del PND? Muy poco, aventuro a decir. ¿Qué conocen los jóvenes y mayores, los de la ciudad y los del campo, los profesionales y estudiantes, los empleados y desempleados, de este billonario Plan de Desarrollo? Creo que no lo suficiente para sentir optimismo y sentido de pertenencia.

El sector privado no debe ser convidado de piedra de este inmenso esfuerzo fiscal que hace el Gobierno del presidente Santos para darle una nueva esperanza a los pobres del país, sin distingos. Los empresarios y gremios de la producción deben ser promotores del nuevo mapa de desarrollo económico que plantea el PND que llevó al Parlamento el Ejecutivo. Si hay consenso alrededor de los puntos cardinales del Plan y se agita su contenido social en pueblos y ciudades, muy seguramente la mayoría de colombianos sentirá que es partícipe de un cometido que tiene pies y cabeza, dirección y destino final.

Educación, salud, infraestructura, tres pilares que hacen parte del tren de cercanías que quiere impulsar el presidente Santos para un nuevo país, más amable, incluyente y solidario. Vivienda para el grueso de habitantes, acceso a productos y servicios financieros, acueductos, vías de acceso, carreteras, puertos modernos, aduanas y zonas francas activas para exportar, niños y ancianos con salud y alimentación, son fortalezas que el país va a sumar a su nueva expectativa social.

Si el PND es con, por y para la gente, es preciso emprender una cruzada nacional que lo aterrice y ponga en blanco y negro. Una estrategia ambiciosa y audaz que deberá ser redimensionada con los hogares, sujetos directos de este beneficio. El PND es una especie de puerto libre al desarrollo.