Recientemente celebramos otro Día del periodista. Pero no fue una celebración feliz. El periodismo se convirtió en una industria sin norte. La mayoría de los medios del mundo tienen un problema grande: no existe una idea de cómo monetizar por lo que hacen.
Tenemos tres puntos clave: la producción y distribución de contenidos, la monetización y sobre todo la atención de los usuarios. Que es al final el corazón de internet, al menos de este internet que se está configurando.
Vivimos en una era en la que todos producimos contenidos, fotos, videos, textos, audios, piruetas con gatos y perros, hasta retos suicidas. Esos contenidos prácticamente se los regalamos a las plataformas monopólicas como Facebook y Google a cambio de endorfina traducida en algunos Likes y comentarios.
Actualmente todos los productores de contenido estamos secuestrados por los gigantes tecnológicos. En mayor y menor medida por los odiosos algoritmos. Perdón la autorreferencia, pero la semana pasada compartimos una columna sobre la demanda que enfrenta Facebook en Estados Unidos y no pudo ser compartida en plataformas sociales porque “no tenía alcance”.
Todos los que producimos contenido tenemos que hacer un alto en el camino y comenzar a pensar en canales nuevos o propios para acercar sus contenidos, productos o servicios al celular de los consumidores. Es momento de dejar a un lado la visión apocalíptica de “sin Facebook no tendremos visitas” e idear plataformas, modelos y nuevas formas de atraer el usuario.
Por supuesto, se escribe fácil, pero es supremamente complejo. Medios y distintas industrias atraviesan una dura crisis económica y cualquier tipo de innovación cuesta, y mucho. Sin embargo, también es cierto que a lo largo de la historia productiva las mejores herramientas y plataformas se han creado y desarrollado en contextos de crisis y necesidad.
Hay una seguridad: los usuarios tendrán siempre la necesidad de informarse o consumir contenidos. Y, mientras haya demanda habrá negocio. Facebook, WhatsApp, Tiktok o Google, es cierto, son donde está la gente actualmente, la masa. Pero ¿cuántos usuarios realmente están interesados en pasar varios minutos en el medio? Ahí llegamos al punto final: la cada vez más famosa economía de la atención. Esa es la economía a la que deben apuntarle los medios si quieren superar esta larga turbulencia.
Los medios, pero quizá todos los productores de contenidos tendremos que encontrar una solución. Infortunadamente, celebramos un nuevo día del periodista con nostalgia. Porque tenemos que transformarnos en desarrolladores de alguna plataforma que nos permita librarnos de las cadenas opresoras de los monopolios tecnológicos. De lo contrario, seguiremos regalando nuestro producto.