Rafael de Brigard, Pbro. | El Nuevo Siglo
Domingo, 14 de Junio de 2015

FERIA DE MENTIRAS

¿A quién le interesa la verdad?

Ante  Jesús, Pilatos, ya perdido en sus propios intereses y cobardía, preguntó: “¿qué es la verdad?”. Comisión de la verdad es la expresión que resuena en estos días en el contexto de los secretos diálogos de Cuba. El mundo actual ha “creado” un concepto de verdad de lo más falso e inútil que uno se pueda imaginar. Realmente cuando se dice verdad lo que se quiere significar, generalmente, es conveniencia, favorecimiento de los propios intereses y ocultamiento de los propios yerros y delitos.

Claro que un proceso de paz, si es que es en eso en lo que nos han metido de verdad y no en una feria de vanidades y lavadero de culpas, la verdad sería importante. Pero la pregunta es quién tiene la fuerza suficiente para hacer que la verdad “verdadera” salga a flote. No veo quién ni cómo.

No me hago la menor ilusión de que los guerrilleros sean capaces de pararse ante la nación a decir cuánta gente han asesinado, secuestrado, arruinado, cuánta riqueza del país han destruido, cuántas vidas han destrozado con su negocio de la droga. Sí estoy seguro de que para todo esto tienen una justificación pues para ellos el fin -su obsesiva revolución- justifica toda atrocidad. Tampoco, aunque en menor medida, me imagino a los políticos colombianos haciendo la lista de sus desaciertos, robos, indolencias, incapacidades para resolver los problemas que les atañen en su misión, enriquecimientos familiares y nepotismos. Sí estoy seguro de que tienen todo el cinismo para justificar su errática historia en la conducción de la nación. Y, así, sucesivamente, tampoco me imagino a ningún otro estamento de la sociedad dándose golpes sinceros de pecho ante la población por los errores y delitos cometidos. Pero bueno, para eso son las comisiones, para diluir la verdad, generalmente.

No me ilusiona sino la posibilidad de un futuro construido de otra manera y no la escritura de una historia que seguramente estará plagada de mentiras mil y mil. Pero ese futuro necesita otras personas, otros dirigentes, otro pensamiento político, social y también de oposición. Tal vez la única verdad hacia adelante, necesaria y urgente, sea que estamos urgidos de otra gente al frente del Estado y de los que se le oponen, pues lo que se tiene ahora es el fruto de toda mentira y falsedad. Lógicamente en un marco de derechos, deberes y libertades. ¿Qué es la verdad? Lo que haga que se vayan todos los que nos metieron en esta guerra y nos dejen vivir en paz a los demás.