RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 5 de Septiembre de 2013

El Petro Caos IX   

 

Aureliano  Buendía alias: Gustavo Petro, no lleva ni tres años y yo, ya llevo nueve Petro caos. Todo un récord Guiness. Lo que está sucediendo en Bogotá es muy grave. Le suelo comentar a mis alumnos que “en estos momentos no tenemos claridad sobre el contexto en el cual nos desenvolvemos”. Al no tener claridad, no sabemos el origen de todos los males que nos están hundiendo en el fango del neocomunismo del siglo XXI.

Es una figura similar al dolor de muela. Lo padecemos pero no sabemos el origen. De un dolor de muela,se puede pasar a una caries, de una caries a un absceso, de un absceso a una cirugía mayor.

El contexto de Bogotá corresponde al último escenario. El paciente requiere de una profunda cirugía. Bogotá tiene mal aliento. Está sucia y abandonada a su suerte. No pasan más cosas porque Dios existe.

Uno de los males corresponde a las universidades públicas. Los que saben dicen que por lo menos deben existir unos 300 miembros del PC3, de Plinio Apuleyo, fomentando los actos de vandalismo no solo en la ciudad, sino en los municipios vecinos. También se dice que están ingresando brigadistas chavistas a la ciudad con doble cédula desde la frontera colombo-venezolana. Consumo de drogas interno. Mafias internas que terminan deteriorando la imagen de la universidad pública. Por unos pocos anarquistas émulos de Mijail Bakunin, los alumnos tienen que sufrir las consecuencias.

Es triste ver el estado en que se encuentra la Universidad Pedagógica, supuestamente creada para formar los pedagogos del sector público. Lo mismo sucede en la U. Nacional, donde sus instalaciones se han convertido en un centro de apología al delito. La autonomía universitaria condujo a las universidades públicas a la situación de caos en la que se encuentran. Sería bueno que la academia debatiera y reflexionara al respecto. Algo similar sucederá con las zonas de reserva campesina.

Tanto Petro, como Santos, están logrando el principal objetivo de Lenin: poner las fuerzas del poder en máxima tensión. Después del paro nacional, las fuerzas quedaron en máxima tensión. Con un alto costo emocional y económico. Con el agravante de que los paros no terminaron. Se vienen: los camioneros y de los maestros de Fecode. Y las mingas indígenas. Llegaron 2.500 ollas “sancocheras” procedentes de Venezuela, 500 para la U. Nacional donde dicen que el “sancocho”, es el Santo colombiano. Otra vez, mis amigos los “capuchos” en acción.

La aprobación del POT por decreto es un factor adicional de tensión Finalmente: ¿no resulta curioso que Petro se va a Ciudad Bolívar dizque a gobernar durante los quince días previos a los disturbios?

Puntilla. Le redujeron el equipo de seguridad a Pacho Santos. ¿Matará Caín a su hermano Abel? Cinco militares más en el Tolima. ¿Por qué se cayó Allende? Por el paro de camioneros. El problema no son los ministros. Es el jefe.