RAFAEL GÓMEZ MÁRTINEZ | El Nuevo Siglo
Miércoles, 7 de Septiembre de 2011

El retrato de Santos Gray


“No a la acuarela sino a la aguada. En escala de grises”


DEJAMOS  descansar a Santos Chamberlain, por un rato. No por mucho tiempo. En cambio, a Rivera Kerensky procedemos a otorgarle un largo viaje de descanso al exterior. Lástima, cuando comenzaba a cogerle cariño al personaje, como dicen los actores.


Con Rivera Kerensky me pasó lo que sucedía con algunas amigas las cuales se despedían sin ofrecer alguna explicación. “¡No! Me voy y punto”. Y uno, joven e incauto en las lides del amor, se quedaba viendo un chispero. “¿Pero yo qué hice?”


Con la renuncia de Rivera me pasó algo similar: ¿por qué se despide sin dar alguna explicación? Debo anotar que, a mi modo de ver, la culpa no la tuvo Rivera. La culpa no la tiene el sapo que salta la estaca, sino la estaca. En este caso, el sapo Rivera no tuvo la culpa. La culpa la tiene directamente Santos, la estaca, por cambiar las reglas del juego.


Esperamos que con el nuevo y joven ministro Pinzón, el ambiente cambie a favor. Le debe ser muy familiar el entorno militar. Tan es así que se graduó del Colegio Militar Patria. Tal vez, esa fue la dificultad de Rivera. Que no sintonizaba con el entorno militar.


La anterior introducción para empatar con la novela de Oscar Wilde, El retrato de Dorian Gray. La obra literaria en mención es una mezcla entre la realidad y la fantasía, al mejor estilo de La Luciérnaga del apagón de Gaviria. ¡Ciertamente!


El retrato de Dorian Gray cuenta la obsesión de un hombre atractivo, vanidoso y exitoso que se vuelve loco, delirante y obsesivo. El joven se gasta toda la herencia que le dejara su abuelo en pos de su obsesión.


Podríamos decir que Santos es un personaje muy similar al retrato de Dorian Gray. Tanto a sus adversarios, como a sus amigos, les pinta un hermoso cuadro. No a la acuarela sino a la aguada. En escala de grises, que llaman los pintores.


Santos ha sabido vivir de las herencias políticas, sin duda alguna. De Uribe heredó la seguridad. Pero, al igual que el joven de la obra de Wilde, se está malgastando la herencia de su mentor. En tan solo dos años.


Tiene a su haber una gran habilidad para cambiar el cuadro con facilidad. Así como nombró a Rivera, puede nombrar a cualquiera con tal que le sirva a su juego. Los demás ministros están advertidos.


El nuevo Ministro de la Defensa señaló que: “no tengo la fórmula mágica del éxito pero con trabajo y compromiso espero lograr buenos resultados”. Comienza bien. Le deseamos la mejor de las suertes. El país necesita que a usted le vaya bien.  


Puntilla. Ahora las mascotas podrán viajar en Transmilenio, gracias a un magistral fallo de la C.C. “En Transmilenio salimos más tocados que el Himno Nacional”, dijo un amigo el otro día. ¿Por qué no ha renunciado Samuel Moreno?