El 30 de agosto de 2019, en plena campaña electoral, la hoy alcaldesa Claudia López firmó el “Pacto por los Humedales”. No fue cosa menor, populista como siempre, la entonces candidata montada en bicicleta y con una perorata convincente se dirigió con su séquito al Humedal de Tibabuyes, en donde no solo firmó el documento, sino que aprovechó para condenar el modelo de obras de Enrique Peñalosa y mostrarse indignada por la situación de estos importantes ecosistemas.
Tremendo show que solo sirvió para hacer campaña. Muy hábil, como de costumbre, aprovechó la coyuntura para reforzar su falso discurso ambiental, posicionarse como la defensora de la naturaleza y así poder engañar a uno que otro incauto elector.
Para bien o para mal, en la práctica, la señora López continuó el legado de su predecesor en directa contravía de sus posturas de campaña.
La discusión sobre cómo se deben recuperar estas zonas protegidas da para otro complejo debate. No obstante, estemos de acuerdo o no con el proyecto de “Corredores Ambientales” que busca la recuperación de estas zonas protegidas, la ciudadanía debería preocuparse por las exorbitantes cifras que hemos invertido en dicho propósito y hoy, la Administración Distrital, no tiene nada que mostrar más allá de una infinidad de problemas, torcidos, retrasos y disgustos.
Entre 2016 y 2019, durante la Administración de Peñalosa, la ciudad destinó 895 mil millones de pesos, de los cuales solamente se ejecutaron 266 mil millones. Dada la baja ejecución y la decisión de la alcaldesa de continuar con lo que antes criticaba y prometió no hacer, el Concejo de Bogotá, en 2020, le aprobó la módica suma de 652 mil millones con el objetivo de terminar el proyecto en 2022.
Por supuesto, no se logró. A lo mejor la mandataria ha estado muy ocupada repartiendo subsidios como comentó su Secretaria de Movilidad en un programa radial y, por eso, ni los andes esta alcaldía logra rematar.
Sin lugar a dudas esto debe preocuparnos, las cantidades presupuestarias son exorbitantes, al punto que un experto en la materia me comentó que de utilizarse bien estos recursos podríamos garantizar la integridad de los humedales capitalinos, ¡por décadas!
Me impresionó el comentario, sobre todo porque acto seguido me hizo un comparativo presupuestal que no se debe ignorar y es que, el presupuesto acumulado de Parques Nacionales, ¡es de 879 mil millones! No mucho más que lo asignado en la capital y basta, posiblemente con deficiencias, para cuidar zonas protegidas a nivel nacional, pero en Bogotá con eso y más, no hemos logrado nada.
Por eso, cabe la pregunta, ¿qué ha pasado con la plata? Me propuse a investigar y hasta el momento he analizado 10 grandes contratos por un valor cercano a 108 mil millones de pesos con todo tipo de problemas y cosas sospechosas. Faltan muchos más, pero si estos son muestra de cómo va el proyecto de “Corredores Ambientales”, el tema es bastante grave.