Analizar el sentido de la democracia suele ser un ejercicio intelectual exigente, pues no es conveniente confundir la democracia con la autocracia. Lo que se debe prohijar es el gobierno de los gobernados y no el imperio de los detentadores del poder, para satisfacer sus apetencias egoístas. Un ejemplo histórico al respecto puede ser el episodio del maestro Sócrates, condenado a muerte, consumiendo semilla de cicuta, por insistir en sus ideas y no doblegar su pensamiento a las órdenes de los gobernadores de Grecia.
Escuchar con respeto y atención es solución viable a los probables conflictos del poder. Para sostener lo que aquí se plantea, un real ejemplo de lo acontecido, es convincente. Episodios denunciados con una motivada terapéutica política, supuestamente, prevenían un desorden popular, una crítica que alteraría la tranquilidad del gobierno. Todo esto conectado con lo que ahora se padece en el país por esas causas no comprendidas ni evitadas.
Desde esta columna de prensa, por una intuición producto de la experiencia vivida en las actuaciones de funcionario encargado de promover la paz, la tranquilidad y la normalidad del orden público, se refirió el error cometido por el Dux Iván designando al señor Carrasquilla como ministro de Hacienda. En septiembre 4 de 2018, se comentó: “El reincidente ministro intenta una reforma tributaria a la que muchas prevenciones se tienen, pues el parecido entre este funcionario y el conspirador Florentino González es estrecho”. Desde ese instante se presumía lo que ahora se está viviendo.
Otro comentario publicado en esta columna el 9 de octubre de 2018: “Shakespeare y los bonos de agua”. “En el caso de Alberto Carrasquilla, actual ministro, cuestionado por conductas cometidas cuando pertenencia a la cartera del gobierno del Chalán del Ubérrimo, el senador Ernesto Macías, alega que esos acontecimientos, relacionados con los “bonos de agua”, sucedieron en otros gobiernos. Una astuta disculpa para eludir una falta de ética”.
En otra glosa del 11 de diciembre de 2019, , titulada “El maestro Carrasquilla”, se comentó : “Las expresiones artísticas expuestas por los manifestantes del paro del pasado 4, en el teatro “Plaza de Bolívar” , Capitolio, escenario de quienes aprobaron la reforma tributaria patrocinada por el Carrasquilla, pupilo del Chalán del Ubérrimo; se evocó el recuerdo de esa leyenda del imaginado personaje de don Tomás Carrasquilla: un ser demasiado generoso: ‘Peralta’, que jamás tuvo ambición personal ni devoción por el Dios dinero, sino que, por el contrario, la solidaridad y confraternidad Cristiana fueron sus dogmas”.
La literatura referida y los otros comentarios, se aluden para resaltar lo sospechado desde el comienzo del ejercicio del poder ejecutivo otorgado al ministro Carrasquilla. Las criticas pronosticaban una crisis, pero el presidente, atendiendo las ordenes de su “gato con botas”., no escucho. Pero si atendió desatado el debate contra el ministro de defensa Lorenzo Guillermo Botero Nieto, heredero del 9 de abril de 1948. ¡La cicuta hoy amenaza al pueblo por protestar acerca de los impuestos; semilla que envenena la libertad!