Un hombre de negocios | El Nuevo Siglo
Sábado, 17 de Diciembre de 2016

Desde que hace años se convirtió en una figura de amplio reconocimiento en los Estados Unidos, Donald Trump se ha sabido proyectar como un exitoso hombre de negocios. Personificando ese papel arrasó en las primarias republicanas y, posteriormente, en las elecciones definitivas por convertirse en el próximo inquilino de la Casa Blanca obtuvo una sustancial ventaja  en el Colegio Electoral.

Entre sus promesas de campaña ha dejado muy en claro que él sólo confía en el mundo de los negocios como el gran motor de la economía y, en consecuencia, solo considera sus pares a los grandes empresarios. Por eso su gabinete lo ha integrado, casi en su totalidad, con multimillonarios de probada fortuna en el mundo financiero y sus hombres de mayor confianza vienen todos de liderar grandes conglomerados multinacionales, entre ellos su nuevo Secretario de Estado quién ha sido por más de  treinta años figura clave de la Exxon.

Como si todo esto fuera poco, a mediados de esta semana se reunió con la plana mayor de las grandes empresas de tecnología  y  les hizo saber que la innovación y la competitividad tecnológica serán clave para su administración. Les indicó que para poder tomar nuevamente la senda del crecimiento es urgente duplicar la inversión privada. Les puso como meta crecer el próximo año al tres por ciento y el siguiente en un cinco por ciento.

Lo curioso es que todo esto tiene que ver con la propia personalidad del nuevo mandatario. Él siempre se ha distinguido por ser un pragmático y por sacar provecho al máximo de las ventajas que da una negociación sangrienta. A los críticos que le sacan en cara su poca experiencia en la vida política propiamente tal, les señala que el problema principal de los gobernantes norteamericanos ha sido su poca sintonía con los problemas cotidianos de ganarse el pan de cada día. Confiado en su olfato empresarial ha prometido meterse a fondo en el reto de modernizar toda la deteriorada infraestructura de la nación como son las autopistas, puertos y aeropuertos.

Trump está convencido  que al lograr la plena reactivación económica conseguirá a su vez el pleno empleo y sacará a su país del marasmo de una semirecesión. Trump estima que la administración Obama ha sido en este sentido meramente vegetativa y que se necesita un verdadero empeño en acelerar el crecimiento. Lo cierto es que los mercados tienen confianza en sus promesas y han venido reaccionado más que positivamente.

Todos saben y en especial los colombianos que si allá estornudan aquí nos da gripa. No nos queda más que rezar para que al nuevo presidente le suene la flauta.

Adenda

Al que si definitivamente le ha sonado la flauta es a nuestro presidente Santos en todo lo relacionado con su obsesivo empeño por la paz. Hasta el Sumo Pontífice se  ha puesto de su lado para convencer al terco expresidente Uribe...