El Gran Teatre del Liceu de Barcelona acogió el estreno en Europa de la ópera “Antony y Cleopatra”, del compositor estadounidense John Adams (Worcester, 1947), una coproducción con la San Francisco Opera y el Metropolitan Opera de Nueva York.
Adams se ha animado en Barcelona a coger la batuta para dirigir a la Orquesta Sinfónica del Liceu, algo que no hizo en su estreno absoluto, cuando la directora musical fue Eun Sun Kim. Y el público se lo ha agradecido con una gran ovación al final de la representación.
Entre las autoridades que acudieron al estreno del pasado sábado se encontraban Joan Subirats, ministro de Universidades; Natàlia Garriga, consellera de Cultura de la Generalitat de Catalunya; Albert Batlle, teniente alcalde de Prevención, Seguridad, Convivencia y Régimen Interior del Ayuntamiento de Barcelona Maria Eugènia Gay teniente alcalde de Derechos Sociales, Cultura, Educación y Ciclos de Vida del Ayuntamiento de Barcelona, y Jordi Valls, teniente alcalde de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo del Ayuntamiento de Barcelona.
Clásicos
“Antony y Cleopatra” es la sexta ópera del compositor estadounidense, que ya ha entrado en el olimpo de los clásicos con “Nixon en China” (1987) y que en esta ocasión se ha alejado de su colaborador habitual, Peter Sellars, en favor de Elkhanah Pulitzer. Con ella, el minimalismo desaparece de las tablas en aras de un glamour propio del Hollywood de los años treinta, pero también del fascismo italiano de esa época. Todo ello se mezcla con la imagen mítica de la Antigüedad, donde predomina el dorado de los ropajes y oscuras pirámides para dibujar Alejandría y la Roma preimperial.
Además, Adams escribió este libreto basado en la obra de William Shakespeare. Ayudado de la dramaturga Lucia Scheckner y la propia Pulitzer, acortó personajes y escenas, pero añadió textos clásicos de Plutarco y Virgilio. El resultado es una representación más recitativa que cantada para abordar "un drama amoroso entre dos adultos complejos y una historia militar que cambió el mundo".
Es casi seguro que pocos entre el público eran ajenos al drama shakesperiano reinterpretado por Adams sobre la historia de amor del general Marco Antonio y la reina egipcia Cleopatra, a menudo dibujada como una “femme fatale”, y su enfrentamiento fallido contra Octavio, futuro emperador romano.
Con él, Adams se aleja de las temáticas más o menos actuales para contar una historia de hace 2.000 años que, sin embargo, tiene multitud de paralelismos con los siglos XX y XXI. Así se encarga de retratarlo el videógrafo Bill Morrison, con sus proyecciones sobre la boda de la hija de Mussolini o de Umberto II.
La nueva obra podrá verse en el coliseo barcelonés hasta el 8 de noviembre, con un total de seis funciones, en las que también destaca como novedad la soprano Julia Bullock como Cleopatra, en su debut en el coliseo barcelonés y que no pudo interpretar el papel en San Francisco por su reciente maternidad. Le acompañan el bajo barítono Gerald Finley como Antony y el tenor Paul Appleby como César. Los amantes también se llevaron una gran ovación.
Bullock demostró en sus redes sociales cómo ensaya su papel al piano junto a su hija y su vuelta a las tablas afianza también la idea de que, además de un drama romántico y un thriller político, "Antony y Cleopatra" habla de la primera mujer en la historia empoderada, por enrevesado que suene a veces este adjetivo, que tuvo que lidiar en un mundo de hombres y acabó muerta. Una escena que seguro suena a muchas supermujeres de hoy en día.