Los animales hacen parte fundamental de muchas familias colombianas. En el censo realizado por el DANE en 2021, entre el 40 % y el 45 % de los hogares en Bogotá tienen una mascota y en los hogares rurales la cifra supera el 59 %.

“Las mascotas brindan alegría y compañía incondicional y se ha demostrado que la familia que tiene animales goza de mejor salud y hábitos (reduce la sensación de soledad, fomenta el contacto físico, la comunicación y la actividad física continua). Por esta razón la salud de los peludos se vuelve un tema fundamental para la familia y la economía del hogar, ya que puede verse afectada por diversas enfermedades”, dijo Laura Suárez, bióloga y docente de la Facultad de Biología de la Universidad El Bosque.

Dentro de las enfermedades prevalentes se pueden encontrar, para los perros: parvovirus, moquillo, dermatológicos, otitis, problemas gastrointestinales. En el caso de los gatos son muy conocidos los virus de la inmunodeficiencia felina (VIH felino), virus de la leucemia felina, problemas renales y dermatológicos.

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Algunos signos de alerta para detectar que la mascota está enferma pueden ser:

• Los cambios en el apetito o la sed
• Aumento o disminución de las horas de sueño
• Pérdida de peso o pelaje
• Vómitos o diarrea
• También pueden presentar fiebre, letargo o inapetencia, secreción nasal u ocular. Hay que tener mucha atención a la dificultad para respirar o comportamientos inusuales.

Para evitar o prevenir cualquier patología se debe tener en cuenta la vacunación (calendario al día), la desparasitación interna y externa de forma regular para evitar parásitos y enfermedades transmitidas por ellos. Otro elemento importante es la alimentación balanceada y adecuada a la edad y necesidades del animal. Igualmente, la higiene del espacio y los chequeos al veterinario por lo menos una vez al año.

También, evitar el contacto con animales enfermos o que estén en malas condiciones de salud, no dejar fuera de la vista a los animales en los momentos de paseo y utilizar repelentes y collares antiparasitarios puede determinar que podamos compartir más años con nuestras mascotas.

Visitar regularmente al veterinario

Lo más aconsejable es que la mascota visite a un especialista al menos una o dos veces al año. Una vez que finalice el protocolo de vacunación, llevar a la mascota a una revisión periódica. Seguir este protocolo permitirá identificar problemas a tiempo y mantendrá a su veterinario de confianza al día con respecto a la evolución y el desarrollo de su mejor amigo.

Vacunas

Las vacunas serán sus primeras aliadas cuando desee prevenir enfermedades en mascotas. Lo primero que debe hacer es llevar al cachorro o gatito a un veterinario. El especialista dirá cuál es el protocolo de vacunación a seguir de acuerdo con la salud del animal y su tiempo de vida.

Por lo general, un programa de vacunación completo comienza en los perros a los dos meses de vida y los gatos estarán listos para recibir su primera vacuna a los tres meses de edad.

Es deseable que la mascota reciba una desparasitación antes de partir con el esquema vacunal. Recuerde que se requiere más que un refuerzo para fortalecer las defensas del animalito y protegerlo de las enfermedades virales más comunes. Luego bastará con una vacunación anual.

Ejercicio constante

Tratándose de los perros, especialmente los de raza grande, el ejercicio es vital. No solo se beneficiará de los momentos que comparta con su mascota, también le aportará salud y entretención al peludo.

Jugar con el perro, sobre todo cuando es cachorro, lo ayudará a ejercitarse, crecer más fuerte y le permitirá liberar energía. Un perro que juega y hace suficiente ejercicio, es un perro tranquilo.

No olvide esterilizar

Esterilizar a perros o a gatos no solo es una decisión responsable. Someterlos a estas sencillas cirugías podría traer muchísimas ventajas en cuanto a solucionar problemas de comportamiento, malos hábitos y prevenir el desarrollo de enfermedades futuras. Luego de la esterilización notará que la mascota está más tranquila. No tendrá que pasar por los trastornos de conducta propios del celo y ni siquiera tendrá que preocuparse porque desee escapar de casa.