Diana sigue presente tras 15 años de su muerte | El Nuevo Siglo
Miércoles, 29 de Agosto de 2012

Quince años después de su muerte, Diana sigue siendo muy querida en Gran Bretaña y la familia real ha recuperado la popularidad perdida tras su accidente gracias a los hijos de la princesa, que han tomado su lugar en la prensa y en el corazón de los británicos.

 

En Hyde Park, Stephanie Cooper, venida del este de Londres, se detiene ante la fuente de homenaje a la princesa, que murió a los 36 años el 31 de agosto de 1997 en un accidente de coche en París, con su último amor, Dodi, hijo de Mohamed al Fayed, propietario de los grandes almacenes Harrods, en Londres.

Recuerda cuando se enteró de la muerte de la princesa, en la televisión de su salón. "Es el tipo de noticias en las que uno se acuerda toda su vida de dónde estaba y qué hacía cuando se enteró. Como con el 11 de septiembre o la muerte de Kennedy".

 

Hoy las postales de Diana se encuentran en todas las tiendas de souvenirs de Londres.

El emir de Catar, que compró Harrods, mantuvo en la tienda el monumento de homenaje que puso Mohamed al Fayed. Los turistas siguen desfilando ante las fotos de Dodi y Diana, el vaso de cristal en el que bebió Diana la noche de su muerte o la réplica del anillo que le regaló Dodi, entre otros.

 

Los últimos años de la princesa, casada a los 20 años con el heredero del trono, Carlos, que estaba enamorado de otra, Camilla Parker-Bowles, son también el tema de una película en preparación, en la que Noami Watts interpreta a Diana.

 

Ante este culto discreto, el resto de la familia real ha sabido recobrar su popularidad.

Isabel II, cuyo apoyo entre la población cayó en picado después del accidente por su aparente frialdad, y después de varios divorcios en la familia real, se encuentra ahora en lo más alto de su popularidad.

 

La soberana se ha beneficiado de las celebraciones del 60º aniversario de su reino, en junio, y de su increíble sentido del humor demostrado a finales de julio en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, en los que aceptó figurar en una parodia de James Bond en la que simulaba saltar en paracaídas en el estadio olímpico.

Una señal de que los tiempos cambian. Carlos y Camila, que se casaron en 2005, son vistos ahora como una pareja apacible de sexagenarios llenos de humor, lejos de los escándalos del pasado.

 

Los hijos de Diana, Guillermo, de 30 años, y Harry, de casi 28, han tomado su lugar bajo los focos. El primero hizo feliz al reino en abril de 2011 al casarse con la encantadora Kate Middleton, después de haberle regalado el famoso anillo de novios en zafiro y diamantes de su madre.

El turbulento Harry es la estrella de los tabloides, entre payasadas y noches de alcohol en las que, como recientemente en Las Vegas, juega al "strip-billard" con chicas jóvenes y acaba fotografiado desnudo.

 

Pero el país perdona en general sus excesos de juventud a este piloto de helicópteros Apache que sueña con volver a Afganistán con su regimento.

"Hoy en día, pensamos menos en Diana y más en ellos", comenta a la AFP Kate Williams, autora de "Young Elizabeth", un libro sobre la juventud de la reina. "Se parecen a ella... Dan a las asociaciones caritativas, son cálidos, van hacia la gente y no son estirados", asegura.

 

Según Williams, Diana, "a la que nadie jamás criticó en su papel de madre", estaría "muy orgullosa de sus hijos". Si estuviera todavía viva, la princesa, que habría cumplido 51 años este año, habría montado "su propia asociación caritativa", avanza la historiadora, que se la imagina "embajadora de buena voluntad de Naciones Unidas" al estilo de "Angelina Jolie o de la reina Rania de Jordania".