Juliana Plexxo, primera artista latinoamericana en La Capilla del Hombre | El Nuevo Siglo
Este jueves se realizará la muestra de un mural que será terminado en tiempo real y otras 10 obras en grabado, que se podrán ver también en la app Artivive, que apadrina las exhibiciones de la creadora por el mundo.
Foto cortesía
Martes, 16 de Noviembre de 2021
Redacción Cultura

Con un homenaje al maestro Oswaldo Guayasamín, la colombiana Juliana Plexxo se convierte en la primera artista latinoamericana en exponer en el museo La Capilla del Hombre después de la muerte del maestro.

Tras el exitoso lanzamiento de la primera exposición en Barcelona, donde se encuentra radicada, y después del arrollador prestigio alcanzado en Bogotá y Miami con sus piezas de arte y la presentación del mural en el Distrito de Arte Wynwood de Miami, Plexxo no ha parado en su periplo por Europa, dejando huella en exposiciones colectivas y haciendo historia en su carrera como artista plástica.  

Ahora se prepara para escribir este nuevo capítulo en su carrera. Para Juliana es un honor haber sido elegida para presentar este homenaje al maestro Oswaldo Guayasamín, respaldado por La Fundación Guayasamín, la Embajada de Colombia en Ecuador y el Ministerio de Turismo del Ecuador.

El evento se realizará este jueves, a las 7:00 p.m., en el museo que fundó Guayasamín antes de morir, ubicado en Quito, Ecuador. Allí se develará un gran mural que se finalizará en tiempo real durante la gala, en el que la artista colombiana fusionará su técnica tradicional con el arte digital y la realidad aumentada.  

Los asistentes podrán ver la realidad virtual en vivo desde las pantallas de sus celulares a través de la aplicación Artivive, que apadrina las exposiciones de Plexxo por el mundo, frente a la asistencia de 300 invitados. El mural finalizado se donará a la fundación y quedará en el museo en exhibición.  

Además del Mural, en el evento se exhibirán 10 obras en grabado hechas en el taller de Joan Barbará en el periodo de dos años que harán parte del homenaje. La artista, colombiana de nacimiento, vivió en Ecuador. De su infancia en este país viene su inspiración hacia la cultura indígena y la Pacha Mama, además de tener y ver de cerca el legado que Oswaldo Guayasamín dejó.

Juliana está radica desde hace 10 años en España y es en este país donde crea sus grabados y pinturas en el taller de Joan Barbará en Barcelona, lugar donde maestros como Picasso, Salvador Dalí, Jaume Plensa, entre otros, hicieron sus trabajos.  


Además lea: Sexta Muestra Afro, más allá de las costumbres y las tradiciones


Su historia

Aficionada por los animales y arraigada a sus raíces indígenas, Juliana construye sus planchas de grabado y murales yuxtaponiendo tiempo, luz y color.

Hija de periodistas colombianos, Juliana creció en un entorno mediático. Por un lado, su padre, director de la crónica taurina del periódico El Espectador en Colombia, la pasea por el mundo de los toros, recorriendo la llamada "Gira de las indias", un tour de los toreros por América hasta 1997, cuando desafortunadamente su padre fue asesinado.  

Así, Juliana crece al lado de su madre, quien la invita a conocer el mundo a través de múltiples viajes por América Latina, donde conoce a fondo la cultura en Ecuador, tras vivir cinco años allí.

El trabajo de Juliana gira en torno a cuatro ejes principales: el primero, el mundo de los animales salvajes ligado al ambiente taurino en el cual nació, pero del que poco recuerda. Más que la fascinante mirada de los toros quienes ansiosos negociaban entre la vida y la muerte.  

El segundo, el indigenismo, aquella corriente antropológica desde donde ella cuestiona los prejuicios hacia estos pueblos originarios y vela por su reivindicación social, como en su tiempo lo hizo el artista Oswaldo Guayasamín. El tercero, los colores primarios, opacos y fuertes, desde los cuales crea sensaciones, dimensiones, luz y espacios cubistas.

Y el cuarto, la técnica del grabado, en el cual se especializa en procedimientos con aguafuerte, punta seca y collage para reconceptualizar su historia y características propias. Juliana a partir de la creación de piezas únicas, cuestiona esta técnica comúnmente asociada a la reproducción masiva tras reinventar procesos y resultados.

La obra de Juliana está en constante movimiento y evolución. Su quehacer artístico a diario, no representa una jornada monótona, sino libre, donde las composiciones encuentran equilibrio y coherencia y ahora se nutren de nuevas tecnologías como la realidad virtual.