La Gran Misa: al ritmo de los sonidos litúrgicos y celestiales | El Nuevo Siglo
Martes, 13 de Septiembre de 2011

Esta obra de danza tendrá el acompañamiento de la Sinfónica y contará con la participación de cuatro solistas internacionales.


MOZART y sus grandes obras estarán representadas por el Ballet de Leipzig, una de las compañías más importantes del mundo, la cual llega al Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo con La Gran Misa, un montaje coreográfico sobre música de compositores contemporáneos.


La Gran Misa conjuga elementos de la liturgia, música clásica y contemporánea, poesía y danza. El acompañamiento musical del espectáculo estará a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia, la Coral Santa Cecilia, los solistas Felicitas Fuchs (soprano), Ulrike Mayer (mezzosoprano), Virgil Hartinger (tenor) y Eugene Chan (barítono), bajo la dirección musical de Andreas Schüller. La presentación será este viernes y sábado a las 8:00 p.m.


Esta obra es un homenaje del coreógrafo Uwe Scholz a la música sacra de Wolfang Amadeus Mozart, cuya obra más conocida es Misa en do menor, KV 427, que le da nombre al montaje. Aparte de la música de Mozart, Scholz introduce elementos litúrgicos, cantos gregorianos, secuencias de la música de los compositores contemporáneas György Kurtág, Thomas Jahn y Arvo Pärt, y lecturas de poemas de Paul Celan.


La música de Mozart, Kurtág, Jahn y Pärt es el molde sobre el que Scholz pone su coreografía. Más de 40 bailarines de diferentes nacionalidades, todos vestidos de blanco, se mueven de forma plástica y delicada al ritmo de los sonidos litúrgicos y celestiales.


El Ballet de Leipzig


Hablar del Ballet de Leipzig es, aún hoy, hablar de Uwe Scholz, su director y coreógrafo desde 1991 hasta su fallecimiento en noviembre de 2004. Con 40 bailarines de más de 20 países, el Ballet de Leipzig es una de las pocas compañías grandes de ballet de Alemania reconocidas en el ambito internacional.


Poco después de que Scholz se hiciese cargo de la compañía de ballet de la Ópera de Leipzig, él la bautizó como el Ballet de Leipzig, y desde entonces este nombre está estrechamente ligado a su estilo específico coreográfico, así como a la gran tradición de música sinfónica de la ciudad. “Bajo su mando, el Ballet de Leipzig pasó a ser una de las formaciones más sólidas y batalladoras de la danza en su país; su llegada sirvió para dinamizar el conjunto y ubicarlo en el panorama internacional”, aseguraba en un artículo Luis C. Iberni, crítico y profesor de Historia de la Danza de la Universidad Complutense de Madrid, un año antes de la muerte del genial coreógrafo alemán.


Mario Schröder estudió en la prestigiosa Academia de Danza de Gret Palucca, con los maestros Gret Palucca, Metz Hans-Joachim y Patricio Bunster. En 1983 Schröder se graduó de la Academia Palucca e ingresó al Ballet de Leipzig como solista, bajo la dirección de Dietmar Seyffert. En 1985 fue promovido a primer solista trabajando junto a coreógrafos como Enno Markwart y Uwe Scholz. Schröder profundizó sus estudios de coreografía en la Academia de Ernst Busch de Berlín desde 1989 hasta 1994. En 1999 le ofrecieron un contrato como director artístico y coreógrafo principal de la del Ballet de Würzburg.


Ha creado más de 60 coreografías y ha trabajado como bailarín y coreógrafo en Japón, Rusia, Estados Unidos y Mongolia. Trabajó, por ejemplo, al lado de Ruth Berghaus, Maxim Dessau, Nikolaus Lehnhoff y Uwe Scholz. Es miembro parte de la presidencia del Ballet alemán y el Director de la Conferencia Danza.


En el 2010, Schröder fue nombrado director del Ballet de Leipzig, dando inicio a una nueva etapa para la compañía. Dado que Schröder fue el primer bailarín del ballet hasta el año 1999, se puede decir que nadie conoce tan bien como él las coreografías de Scholz.