“La subasta del siglo”, así titulaba a inicios de esta semana la prensa italiana refiriéndose a la puja por el monumental Casino de la Aurora y un excepcional mural de Caravaggio. Pero, llegado el día, los postores por estas joyas de arte y de la arquitectura dejaron las sillas vacías, lo que causó un panorama desierto y un sinsabor.
El martes tendría lugar esta subasta, cuyo anuncio desató fuertes protestas en el mundo de la cultura italiano que exigía que el Estado interviniera.
Dos joyas en juego
En venta estaba un fresco de este maestro de la pintura, el cual se encuentra en el imponente palacio en Roma de 2.800 metros cuadrados, repartido en seis plantas con un suntuoso jardín, ubicado en el corazón de Roma, a pocos pasos de la célebre Vía Veneto y de la Villa Borghese, uno de los sectores más elegantes de la capital.
Esta residencia campestre de una de las familias aristocráticas más ricas y poderosas de Italia conserva también frescos de Guercino (1591-1666), reconocido pintor barroco de Bolonia, así como antiguas estatuas.
Se estima que la también conocida como Villa Ludovisi, una verdadera joya del barroco romano, tiene un valor de 471 millones de euros (537 millones de dólares), lo que representa una cuarta parte del presupuesto anual del Ministerio de Cultura italiano.
Una cita aplazada
Para esta cita con el arte y la arquitectura, fueron invitados multimillonarios de todo el mundo, y aunque esta lista se ha mantenido en secreto, se especulaba que entre los posibles compradores de estos dos tesoros estaban Bill Gates y el sultán de Brunéi, lo que predecía una subasta con bombos y platillos.
Sin embargo, a pesar de ser una de las pujas más esperadas y polémicas, las expectativas se fueron al suelo cuando, el día del encuentro con los compradores, declararon la jornada totalmente desierta.
“Nadie participó en la subasta”, aseguró Camilo Verde, quien además precisó que la próxima cita tendrá lugar el 7 de abril y partirá de un valor reducido en cerca de un 20%.
La estimación del valor del palacio de Roma, que se cotizaba en 537 millones de dólares, ya no es la misma, pues bajó a 376 millones de euros para la próxima subasta. Aun así, si la residencia se vende a un precio cercano al fijado como inicio por la subasta, sería una de las ventas de bienes raíces registradas públicamente más caras de la historia.
Fin a la disputa familiar
La subasta fue decidida por un tribunal de Roma para poner fin a las disputas entre los herederos del príncipe Niccolo Ludovisi Boncompagni, quien falleció en 2018 a los 77 años.
El enfrentamiento familiar entre la tercera esposa del príncipe, Rita Jenrette Boncompagni Ludovisi, una actriz, modelo y periodista estadounidense de 72 años que posó para Playboy, y los hijos nacidos del primer matrimonio, obligó a los jueces a subastar la villa, debido a que ninguno ha podido hacer frente a la hipoteca por los altos gastos de mantenimiento.
Una petición lanzada por la página change.org, titulada “SOS Se vende la cultura con descuento”, ha recaudado 35 mil firmas para pedir que el Estado intervenga.
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Los firmantes piden que Italia ejerza su derecho de compra, ya que, según los expertos, el fresco de Caravaggio tiene un valor incalculable, probablemente mayor al fijado para la Villa Ludovisi.
Según medios italianos, el ministro de Cultura, Dario Franceschini, ha tenido que tomar cartas en el asunto.
De acuerdo con la ley italiana, el gobierno puede ejercer su derecho solo después de que haya sido efectivamente adquirida por un particular, dentro de un plazo de 60 días de la conclusión de la venta y ofreciendo el mismo precio de compra.
La obra de Caravaggio (Michelangelo Merisi, 1571-1610), considerado el maestro del claroscuro, que data de 1597, se encuentra en el primer piso de la residencia y representa a Júpiter, Plutón y Neptuno en medio a un globo terrestre rodeado por los signos del zodíaco.
“Probablemente es una de sus primeras obras y es muy interesante, porque trata un tema mitológico, ya que Caravaggio pintó casi exclusivamente obras de carácter religioso”, estimó el historiador de arte Claudio Strinati en una entrevista con la AFP.
“Es un edificio hermoso, importante, con pinturas bellas, debería ser de propiedad pública y albergar un museo, además de centro cultural”, sostuvo Strinati.
Pieza invaluable de un genio
Como lo comentan expertos del arte, esta pieza es invaluable y tal vez un lienzo clave en la historia del pintor, quien se caracterizaba por ser de carácter revolucionario, genio de la pintura, frenético y defensor del estilo barroco.
Su estilo influyó en el arte de una generación posterior, como en el de Velásquez con “Malas calles”, incluso aún por estos días en el de varios artistas.
En su juventud salió de su zona de confort para mudarse a Roma, donde en plena época de contrarreforma la ciudad acogió su estilo teatral. Así pudo abrirse campo ante la sobriedad protestante de la ciudad, con su pintura religiosa.
Al principio, sus pinturas fueron criticadas y causaron revuelo en la comunidad por representar a los profetas y santos como seres reales, incluso como vagabundos y vestidos con ropa contemporánea.
Gracias a esta polémica que causó en la comunidad italiana es que las obras de Caravaggio empezaron a ser reconocidas y más cotizadas por los coleccionistas; además, desató un nuevo estilo: el naturalismo extremo, el cual se convirtió en tendencia.