El tenista español Carlos Alcaraz sumó el segundo título de Wimbledon de su corta carrera tras derrotar este domingo en la final al serbio Novak Djokovic, en una especie de relevo generacional, por 6-2, 6-2 y 7-6 (7/4).

Djokovic, de 37 años, que no pudo elevar a 25 el récord de torneos de Grand Slams ganados por el serbio, parece pasar el relevo con esta derrota simbólica a Alcaraz, de 21, que ya le ganó en la final de Wimbledon del año pasado.

De esta forma, Djokovic no se pudo tomar la revancha de la derrota sufrida hace un año en el mismo escenario, en un partido que en aquella ocasión fue más disputado, llegando a cinco sets.

 Alcaraz, tras lograr en Wimbledon su cuarto título de Grand Slam, sigue a sus 21 años la estela de su compatriota Rafael Nadal, que logró 22 en su palmarés.

"He jugado contra Nadal, Federer y Djokovic, pero Alcaraz es más duro que todos ellos", afirmó el viernes el ruso Daniil Medvedev, tras caer ante el joven de 21 años en semifinales de Wimbledon.

"Rafa puede estar diez metros atrás y corre a por cada bola logrando buenos golpes. Creo que Carlos es diferente en el sentido de que algunos prefieren ser defensivos, otros apostar por contragolpear, otros ser agresivos. Carlos hace todo eso", añadió Medvedev.

Djokovic, ese mismo día, también halagó a la nueva perla del tenis español.

"Es merecidamente uno de los mejores jugadores de 21 años que hemos visto en este deporte. Va a ganar muchos más Grand Slam", señaló Djokovic.

El serbio ya había dicho en 2023 que el joven tenista español tiene la resistencia mental de Rafael Nadal, la elegancia y talento de Roger Federer, y la versatilidad y poder de adaptación del propio Djokovic.

Cuatro títulos de Grand Slam

Carlos Alcaraz, que logró en Londres su cuarto título de Grand Slam, tras haberse impuesto antes en el US Open en 2022, en Wimbledon en 2023 y en Roland Garros en 2024, recordó el año pasado una frase que le transmitió su abuelo, la máxima con la que le aconsejó jugar los partidos:  "Cabeza, corazón y cojones".

El propio Rafa Nadal no escatimó elogios sobre su sucesor a principios de este año.

"Carlos tiene un nivel de tenis increíble. Es un tenista muy completo en todos los sentidos, no le veo debilidades. Yo a su edad tenía peor saque, peor volea, peor revés. Yo tenía muchas cosas peores a nivel técnico de lo que tiene él en su repertorio", aseguraba Nadal.

"Yo creo que es muy buen chico y que tiene las cosas muy claras y así lo transmite", consideró.

El amor al tenis se lo transfirió su padre a Carlos Alcaraz, en El Palmar, en la provincia española de Murcia.

"De pequeño ves que evoluciona bien, que compite bien. Y de menos a más vas viendo que va quemando etapas, que destaca en cada fase y te vas dando cuenta de que con 15 o 16 años está dando un nivel muy alto", recordaba su padre en una entrevista al diario murciano La Verdad.

Si el culpable de su amor al tenis fue su padre, quien le ha hecho evolucionar y seguir creciendo es su entrenador Juan Carlos Ferrero, uno de los mejores tenistas españoles de la historia, que ganó Roland Garros en 2003 y fue número 1 de la ATP.

Ferrero, su mentor

Ferrero tiene una academia de tenis en la provincia de Alicante, cerca de Murcia, y allí capta y hace crecer a jóvenes talentos del tenis español.

Alcaraz mira en sus partidos continuamente al palco donde se encuentra Ferrero en busca de indicaciones.

España, con Nadal y su sucesor Alcaraz, ha contado con dos de los mejores tenistas de los últimos tiempos y de la historia.

El destino ha querido que se unan formando pareja para jugar la competición de dobles en los Juegos Olímpicos de París.

Tras ganar Wimbledon, ese anhelado oro olímpico es el siguiente capitulo en la carrera de Alcaraz.

El murciano buscará su primera medalla olímpica, mientras que Nadal, de 38 años, ganó el oro individual en Pekín-2008 y en dobles en Rio-2016.

Un oro juntos sería una bonita manera de sellar el relevo generacional entre los dos mejores tenistas españoles de la historia.