Entre lágrimas y caídas, Manuela labra su futuro en el salto ecuestre | El Nuevo Siglo
MANUELA SANTAMARÍA es sin duda una promesa del salto ecuestre en Colombia, y su historia es un testimonio de pasión, dedicación y resiliencia./Manuela Santamaría
Jueves, 18 de Julio de 2024
Redacción Deportes

En los últimos años el deporte ecuestre en Colombia viene creciendo a saltos agigantados. De hecho, el presidente de la federación de este deporte, Mauricio Bermúdez, señaló que “va por muy buen camino, este año estaremos en los Juegos Nacionales Juveniles. También en los Grand Tour Classics (GTC) que implementamos hace un año hemos movilizado a más jinetes a que se sumen al deporte a nivel profesional”.

En este contexto, surge una jinete como promesa para el salto ecuestre en el país. Se trata de Manuela Santamaría, quien ha demostrado ser excepcional desde temprana edad. Su mayor logro hasta la fecha ha sido ganar el campeonato nacional de 2023 con su caballo Fire Heat. “Fue un año donde aprendí mucho con mi entrenador Juan Pablo Betancourt y tuve muchas alegrías”, comenta. Otro logro significativo fue en 2022, cuando quedó quinta en el campeonato nacional, a pesar de llevar solo seis meses montando a Fire. “Fue muy emocionante”, recuerda Manuela.

El 2024 también ha empezado de manera prometedora para esta joven jinete que entrena en el Club Ecuestre La Casona, habiendo ganado los dos primeros GTC - torneos de alta categoría creados por la Federación Ecuestre en Colombia-, y comenzando a competir con su nuevo caballo, Comodín. Estos triunfos iniciales refuerzan su reputación como una de las promesas más de esta disciplina.

Inicios y desafíos

La pasión de Manuela por los caballos comenzó cuando tenía apenas cinco años, en su jardín infantil Sésamo Kids, donde tuvo sus primeras clases con caballitos pequeños. “Después, en una piñata donde montamos ponis, vi muchos jinetes entrenando y saltando, y me enamoré de ellos. Les pedí a mis papás que quería tomar clases”, recuerda. En ese tiempo, vivía en La Calera y sus padres la llevaron a El Tambre, donde empezó su formación ecuestre.

Su camino no ha sido fácil. “El primer desafío fue cuando empecé a montar, porque las clases eran con caballos diferentes y al principio era difícil adaptarme”, comenta. La felicidad llegó con su primer caballo, aunque “era muy grande y me retó mucho poderlo manejar. Hubo muchas caídas y lágrimas, sin embargo, nunca dejé de intentarlo”. Ahora, su nuevo desafío es hacer click con su caballo Comodín y prepararse para los nacionales. “Es muy valiente y tiene mucha fuerza, lo amo”, dice.

Destaca el talento en el ámbito ecuestre colombiano, especialmente entre las mujeres. “Pienso que hay muchos jinetes muy buenos en Colombia y tenemos muchas oportunidades para sobresalir y poder competir en grandes pruebas. Me gustaría ver a más mujeres en los Juegos Olímpicos”.

Con una visión clara para el futuro, Manuela desea seguir montando sus caballos y alcanzar grandes metas. “Quiero lograr saltar un gran premio a los 18 años y poder algún día representar a Colombia”, afirma.

El consejo de Manuela para otros jóvenes jinetes es claro: “Nunca rendirse, y aunque a veces las cosas se pongan difíciles, uno se debe esforzar más y pensar que lo va a lograr y que puede ganar”.