La economía de Estados Unidos sufrió un nuevo freno en el primer trimestre, lo que según analistas probablemente incite al banco central estadounidense a esperar antes de subir sus tasas de interés.
Entre enero y marzo, el Producto Interior Bruto (PIB) de Estados Unidos se contrajo 0,7% en ritmo anual, según la segunda estimación publicada el viernes por el departamento de Comercio y que representa una clara degradación en relación a la expansión de 2,2% del trimestre anterior.
La primera economía mundial confirma así que el periodo invernal no es su fuerte: en el primer trimestre de 2014 ya había sufrido un golpe con una contracción de 2,1% que de todas formas no duró.
Hace un mes, el gobierno todavía preveía un débil avance de la actividad (+0,2%) entre enero y marzo. Pero las cifras publicadas el viernes arrojaron un balde de agua fría sobre ese relativo optimismo.
"Este cambio (...) refleja principalmente una desaceleración de los gastos de consumo y una reducción de las exportaciones, de las inversiones de las empresas", indicó el departamento de Comercio en su comunicado.
Aunque los gastos de los hogares siguieron siendo el principal motor del crecimiento, su ritmo se redujo significativamente: sólo se incrementaron 1,8% en los primeros tres meses del año, contra 4,4% en el trimestre precedente.
El principal problema de la economía estadounidense fue, sin embargo, el comercio exterior, afectado por la valorización del dólar frente al euro y por una huelga de los trabajadores portuarios del oeste del país, que desaceleró las exportaciones.
Las ventas al exterior, una de las prioridades de la administración Barack Obama, cayeron 14,0%, sufriendo su mayor desplome desde el primer trimestre de 2009, cuando Estados Unidos estaba en plena recesión.
Este acceso de debilidad podría relanzar el espinoso debate sobre los acuerdos de libre comercio negociados por Washington con la región Asia Pacífico y con Europa, que la Casa Blanca busca completar pese a la fuerte oposición de los sindicatos y gran parte del Congreso.
- "Historia antigua" -
Otro punto negro para la economía estadounidense: las inversiones de las empresas también mostraron un mal desempeño al caer 2,8%, fundamentalmente en el sector de las industrias extractivas que las redujeron para enfrentar la caída de los precios mundiales del crudo, que amputa sus beneficios.
El único motivo de optimismo, las importaciones se desaceleraron y los gastos del Estado federal volvieron al verde.
¿Estas cifras negativas reflejan una tendencia? Los expertos no parecen pensarlo y aseguran que esta contracción refleja más el pasado que la situación actual.
"Probablemente no es tan malo como parece y hay una distorsión muy fuerte del comercio exterior", observó Ian Shepherdson de Pantheon Macroeconomics.
Una visión similar tiene su colega Chris Williamson, del gabinete Markit, que cree que la economía estadounidense parece "pronta para subir en el segundo trimestre". Esta contracción ya es, según él, "historia antigua".
Hace una semana la presidenta de la Reserva Federal (Fed, banco central) Janet Yellen aseguró que los "vientos contrarios" que soplan sobre la economía estadounidense están disipándose.
"Espero que los indicadores económicos se fortalezcan", dijo entonces.
Aunque efímero, este enfriamiento económico debería aliviar a los miembros de la Fed que piden un poco de paciencia antes de subir las tasas directrices, que se mantienen en torno a cero desde fines de 2008.
Los mercados prevén desde hace tiempo un primer incremento tras la próxima reunión del comité de política monetaria de la Fed, los días 16 y 17 de junio.
Pero el banco central juzgó recientemente esa hipótesis "poco probable" y las cifras del viernes deberían fortalecer esa línea de pensamiento.
"La Fed no se moverá (...) hasta que no pueda predecir con confianza un retorno a un crecimiento correcto", enfatizó Chris Low, analista de FTN Financial.