El Fondo Monetario Internacional (FMI) acordó con Argentina darle una ayuda crediticia 'stand by' de 50.000 millones de dólares a un plazo de tres años, anunció el jueves el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne.
"Acudimos al FMI para evitar una crisis", dijo el ministro en rueda de prensa en Buenos Aires. El entendimiento contempla una nueva meta de déficit fiscal primario, antes del pago de la deuda, de 2,7% del PIB en 2018, frente al 3,2% que estaba presupuestado.
"Para reducir la inflación el plan refuerza el esquema de metas con tipo de cambio flotante y fortalecimiento de la autonomía del Banco Central. Las metas de inflación son de 17% para 2019, 13% para 2020 y 9% para 2021", afirmó el ministro y coordinador para el ajuste económico designado por el presidente Mauricio Macri.
"Habrá un desembolso inmediato por 15.000 millones de dólares", precisó Dujovne.
Argentina sufrió desde finales de marzo una crisis de confianza que la llevó a perder más de 10.000 millones de dólares de reservas del Banco Central, que bajaron a 49.000 millones de dólares, y una depreciación del peso de 20% acumulada. El país acudió al salvavidas del FMI por una severa necesidad de divisas.
"Vamos a reforzar la autonomía del Banco Central", dijo su gobernador, Federico Sturzenegger, quien lideró la conferencia junto al jefe de la cartera de Hacienda.
Dujovne y Sturzenegger admitieron, cada uno por su lado, que el nuevo programa contempla que el Banco Central "no financiará más déficits del Estado". "Se trata de eliminar esta fuente de emisión monetaria", dijo el gobernador.
La meta de inflación en Argentina era de 15% anual en 2018, pero ya lleva acumulada casi 10% hasta abril. "Vamos a tener un aumento de inflación", reconoció Dujovne.
La inflación en 2017 fue de 25%, pero el Relevamiento de Expectativas de Mercado del Banco Central reveló esta semana que se estima para este año un costo de vida minorista de 27%.
La deuda pública en Argentina pasó de representar el 42% del PIB en 2015, al asumir a Macri, a un 53% a comienzos de año, pero los compromisos mantienen su curva ascendente.
Otro compromiso ante el FMI para recibir el stand by ha sido neutralizar unos instrumentos de deuda llamados Lebacs del Banco Central. Esas letras representan un peso excesivo para la entidad y un factor de tensión si los inversionistas se desprenden de ellas y se vuelcan a comprar dólares, lo que incentivó la corrida cambiaria desde finales de marzo.
La economía argentina creció 2,8% en 2017 pero empezó a desacelerarse el crecimiento después de la devaluación de este año. Se acordó con el FMI, también, un sendero de reducción del déficit fiscal hasta alcanzar el equilibrio presupuestario en 2020.