Con el objetivo de fortalecer la inclusión financiera en la ruralidad de Bogotá, el Distrito y el Banco Agrario firmaron hoy un convenio que ofrece créditos hasta por $15 millones a emprendedores rurales de Usme, Ciudad Bolívar y Suba.
Desde la vereda Mochuelo en la localidad de Ciudad Bolívar, el alcalde Carlos Fernando Galán dijo que “esta es una prioridad para el gobierno. En el Plan Distrital de Desarrollo Bogotá que fue presentamos al Concejo de Bogotá, y que fue aprobado, le incorporamos una apuesta por llegar a 500 unidades productivas en las zonas rurales de Bogotá con cerca de $4.300 millones”.
Esta iniciativa, que prioriza a mujeres y jóvenes y ofrece tasas de interés diferenciales, busca reducir barreras de acceso y fomentar el crecimiento de proyectos productivos mediante recursos destinados a capital de trabajo e inversión.
“Hace cerca de 10 años no se hacía ningún esfuerzo por hacer una política concreta de inclusión financiera en zonas rurales de Bogotá. La inclusión puede avanzar en un aumento del 20% en los ingresos de una familia que acceda al crédito”, indicó el mandatario.
Es por esto que la Secretaría de Desarrollo Económico (SDDE) ha realizado jornadas de educación financiera para productores rurales, con el fin de abordar las diversas problemáticas y barreras que enfrentan en términos de acceso a servicios financieros.
Por su parte, la secretaria distrital de Desarrollo Económico, María del Pilar López Uribe, destacó que “hoy damos inicio a un proyecto que busca transformar y fortalecer la economía rural de Bogotá a través de la inclusión financiera. Gracias a esta alianza con el Banco Agrario, damos un primer gran paso para acercar esta oferta a los productores de Ciudad Bolívar, Usme y Suba, con el fin de impactar hasta 60 unidades productivas y movilizar aproximadamente $700 millones en créditos”.
Además, se ha identificado una oferta limitada de instrumentos financieros para respaldar las actividades productivas en la ruralidad de Bogotá. Existe una carencia notable de productos y servicios financieros diseñados específicamente para las poblaciones rurales, que respondan a las necesidades y particularidades de sus actividades económicas.
De igual forma, el análisis distrital resalta la baja densidad poblacional en las áreas rurales, en contraste con las zonas urbanas, que desincentiva a las entidades financieras a desarrollar una oferta de productos adaptados a las necesidades específicas de esta población.
A esta limitación se suma la falta de garantías y documentación requerida por las entidades financieras. “Muchas personas en zonas rurales de Bogotá no cuentan con los documentos necesarios o las garantías tradicionales que los bancos exigen para otorgar créditos, lo que reduce sus posibilidades de acceder a financiación, obstaculizando el desarrollo de sus actividades productivas”, según explicó Carolina Chica Builes, directora de Economía Rural y Abastecimiento Alimentario de Bogotá.