Colombia podría alcanzar en 2017 el más bajo nivel de crecimiento de los últimos diez años, según se desprende de las opiniones tanto de voceros del Gobierno como de entidades financieras privadas.

El propio Gobierno redujo hace dos semanas al 2% la meta de crecimiento económico para 2017 y al 3% para 2018, unas previsiones que coinciden con las del Fondo Monetario Internacional, FMI.

El banco de origen español BBVA, que considera que la economía colombiana se expandirá un 1,5% este año y un 2% en 2018.

Entre medias están las previsiones de los gremios, ya que el presidente de la Asociación Nacional de Empresarios, ANDI, Bruce Mac Master, señaló recientemente que espera un crecimiento que ronde el 1,8%.

En caso de que se cumplan esos dos últimos pronósticos, el crecimiento sería el más bajo en lo que va de esta década, un período dorado que comenzó en 2010, cuando la expansión fue del 4%.

Según Juana Téllez, economista jefe de BBVA Research Colombia el principal riesgo sobre la economía se desprende de la duración, mayor a la anticipada, del ciclo actual. En ese contexto el mercado laboral podría presentar un deterioro mayor al anticipado ampliando el ciclo negativo de confianza de consumidores y empresarios y postergando los avances en actividad esperados.

En el frente externo, el principal riesgo puede provenir de un ajuste inesperado en los flujos de capitales, ya sea por un ajuste más acelerado de la política monetaria en EU o por motivaciones de rendimiento de los instrumentos financieros en economías que estén próximas a iniciar su ciclo bajista en tasas. Sin embargo, cabe resaltar que la vulnerabilidad de la economía colombiana se ha moderado significativamente con la reducción del déficit en cuenta corriente en cerca de 2 puntos porcentuales entre 2015 y 2016 y la expectativa de mejoras adicionales en 2017 y 2018.

El peso petrolero

Es evidente que pesa sobre la economía colombiana el precio del petróleo, en un momento en que el valor del crudo intermedio de Texas, WTI, está ligeramente por encima de los US$49,5.

Para los analistas tiene un peso notable sobre la economía el incremento de las actividades terroristas contra los oleoductos, por parte el Ejército de Liberación Nacional, Eln, que se ha recrudecido en los últimos meses.

Según los datos de Ecopetrol, el oleoducto Caño Limón-Coveñas lleva dos meses sin operar como consecuencia de 38 atentados terroristas registrados en lo que va de este año.

Estas acciones vandálicas no solo son producto de las acciones de la guerrilla sino también bandas narcotraficantes que colocan válvulas para retirar petróleo y así hacer funcionar sus laboratorios.

De hecho, el último dato facilitado de la producción de barriles de petróleo es el de mayo, cuando extrajeron 851 mil por día, lo que representó una disminución de un 0,59% con respecto del mes anterior.

Bajo crecimiento

En el primer trimestre de 2017, la economía colombiana creció un 1,1% favorecida esencialmente por la expansión de la agricultura, establecimientos financieros y servicios sociales.

Entre lo que debe mejorar Colombia para incrementar su desempeño está mejorar su balanza comercial, ya que en entre enero y mayo de 2017 arrojó un déficit de US$3.528,9 millones.

El dato es malo, pero es mejor que el que se registró en el mismo periodo del año anterior, cuando el déficit fue de US$5.298,6 millones.

El último dato de exportaciones de junio, que sumaron US$2.777,4 millones, es ligeramente mejor que el del mismo mes de 2016, que fue de US$2.754,4 millones.

Tal y como se ve en el crecimiento del PIB, las manufacturas y productos agropecuarios fueron clave en el aumento de las exportaciones, mientras que las de combustibles y productos de las industrias extractivas cayó un 9,4%.

Ese último dato, por el peso que tiene la exportación minero-energética, tiene gran importancia sobre las posibilidades de futuro, si bien Colombia también debe mejorar en otros ámbitos para equilibrar la balanza.