DESDE EL año 2021 el internet es un servicio esencial en Colombia, no obstante, las cifras muestran una brecha preocupante en este aspecto. Según la OCDE, Colombia es el país miembro con menor cobertura, alcanzando apenas el 60%.
Además, según Andrés Sánchez, country manager de InterNexa, estudios recientes de conectividad en el país, indican que en Colombia los hogares de menos ingresos solo tienen acceso a internet el 31,2% y en las zonas rurales, la falta de cobertura ronda el 70%, lo que marca una realidad que nos debe sacudir a todos como sociedad.
Sostiene que “esto plantea una serie de retos para la industria, el estado y las comunidades: en primer lugar, sobre el cómo la sociedad empieza a reconocer que el internet y la conectividad son derechos establecidos en la legislación, y que si uno llevara esos indicadores a servicios como la energía eléctrica o al agua potable, serían cifras inaceptables. Lo hemos hecho mal y los resultados lo respaldan”.
En segundo lugar: preguntarnos cómo empezar a acelerar el cierre de esa brecha, cuando hay países que han logrado llevar esos índices de cobertura a menos del 15% en zonas rurales apartadas y garantizando coberturas del 95%. En este sentido, reconocer y levantar barreras para que el mercado haga lo suyo y enfocando los esfuerzos del estado donde sea necesario, ha demostrado ser la fórmula para avanzar, no solo en esta industria, sino en las diferentes dimensiones de la vida cotidiana de la gente.
Si bien en términos de cobertura en sectores urbanos las cifras han sido positivas y hasta alentadoras, el reto está en enfocarse en las regiones donde este aspecto no está resuelto, y que de lograrlo podríamos “desbloquear” todo un mundo de posibilidades en términos de mejoramiento de la calidad de vida de la gente.