Crecimiento económico llegaría apenas a 0,5 % en el segundo trimestre | El Nuevo Siglo
EL RUBRO de manufacturas no ha mejorado su comportamiento durante este año. /ENS- archivo
Miércoles, 5 de Junio de 2024
Redacción Economía

NO MEJORAN las tendencias de la economía colombiana. El último indicador del NowCash del Bancolombia, conocido por EL NUEVO SIGLO, indica que la actividad productiva se expandió a una tasa anual estimada de 0,1 % en el trimestre móvil terminado en mayo.

 

Consideran los investigadores que teniendo como base esta cifra, los pronósticos de crecimiento del PIB para el segundo trimestre señalan una tasa estimada anual de 0,5 %, inferior al consenso de los analistas del mercado que esperan 1,2 %.

 

“Este resultado va en línea con nuestro escenario de pronóstico vigente de crecimiento del PIB para este periodo”, sostienen los expertos.

Señala el informe que, en el resultado del trimestre terminado en mayo, “la fase de bajo dinamismo se acentúa, ya que este resultado es inferior a aquel del mes previo (0,6 % anual) y a la expansión del Producto Interno Bruto (PIB) del primer trimestre con 0,7 % anual. Así pues, se fortalece la tendencia de estancamiento de la economía”.

Ajustes

Sostienen los economistas que la serie ajustada por efecto estacional de nuestro indicador revela que la actividad avanzó 0,1 % mensual en abril y retrocedió en igual medida (0,1 % mensual) en mayo. Con esto, la variación anual se desaceleró desde 2,5 % en abril a 0,7 % durante mayo.

Indican que, en la revisión del comportamiento del índice, el balance sectorial al cierre de mayo refleja un panorama de desaceleración generalizado.

Del mismo modo, explican que el único sector cuya dinámica se fortaleció frente abril fue el de administración pública, salud y educación.

“Entre tanto, los sectores que se continúan expandiendo, pero a menor ritmo, son agricultura, servicios públicos domiciliarios, recreación e inmobiliario. En contraste, la manufactura, la construcción, el comercio, los servicios profesionales y el financiero acentúan sus ritmos de contracción, lo que es reflejo de la coyuntura retadora de la economía colombiana en el segundo trimestre del año”, sostienen los analistas de la entidad financiera.

Precisamente, la semana pasada, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), bajó de 1,4 % a 1,2 % sus previsiones del PIB para este año, siguiendo con la tendencia que marcaron otras instituciones multilaterales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial para el capítulo de Colombia.

Incertidumbre

Con ello, estas entidades de orden internacional permiten ver un pesimismo frente al futuro económico del país en razón de una política monetaria que aún no es lo suficientemente atractiva para la llegada del capital extranjero y otros factores que generan incertidumbre como el aumento del déficit fiscal y la garantía del suministro de energía.

Del lado del Banco Mundial, el reporte de competitividad más reciente subrayó que, mientras que en enero el crecimiento del PIB sería de 1,8 %, en la última actualización de abril, la previsión se redujo a 1,3 % para todo 2024.

En su momento, el economista jefe de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, William Maloney, resaltó que las reformas del gobierno actual no incidieron en este pronóstico y que, en cambio, el país debe concentrarse en fomentar la inversión extranjera.

Por otro lado, el Fondo Monetario Internacional también fue cauto con su previsión de crecimiento económico para Colombia en razón de una disminución de 1,3 % a 1,1 % para 2024. El FMI sustentó su reducción en la proyección en la política monetaria restrictiva, con efectos negativos en el precio de la vivienda y la consecuente contracción del sector.

Sobre estas tendencias de crecimiento, el presidente de Fenalco, Jaime Alberto Cabal, expresó su preocupación “por el estancamiento de la economía” y volvió a solicitar al Gobierno un plan de reactivación para lo que resta del año.

A su vez, la Cámara Colombo Americana, indicó que el país necesita más ejecución, austeridad y eficiencia del gasto público, además de inversiones en sectores claves como la generación de empleo, infraestructura y vivienda.