La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, advirtió que la crisis económica no ha terminado aún y reclamó renovados esfuerzos para llevar a cabo las reformas necesarias y garantizar un crecimiento sostenido.
"Leyendo entrelíneas hay claros signos de que no todo está bien", sentenció Lagarde en una intervención en el Parlamento Europeo.
"¿Pero podemos decir realmente que la crisis terminó cuando el 12% de la fuerza laboral está sin trabajo? ¿Cuando el desempleo entre los jóvenes alcanza cifras muy elevadas, de dos dígitos, e incluso más de 50% en Grecia o España?", preguntó.
Para Lagarde "es muy prematuro gritar victoria", la UE debe reactivar el crecimiento "única solución duradera", "(...) pero que no sólo debe venir del fuerte sector exportador sino también de una robusta recuperación de la demanda doméstica".
El crecimiento sigue estando en niveles muy bajos y no es balanceado en el conjunto de la Unión Europea (UE) ya que "hay focos de crecimiento y empleo como en Alemania, pero en otras partes se contrae", indicó Lagarde señalando además que la mayor parte de la demanda de bienes y servicios europeos viene del exterior "lo que deja a la economía a la merced de las fluctuaciones del comercio mundial".
Para la zona euro Lagarde estima que garantizar el crecimiento será "un desafío más complejo". "Necesitará amplias y múltiples soluciones para desenredarse de los obstáculos que están reteniendo la demanda doméstica".
La zona euro, según Lagarde, debe reactivar el crédito para lo que debe "restaurar la salud de los bancos" y asegurándose de que tienen suficiente capital como para ser viables otra vez.
De otro lado, los ministros de Finanzas de los 28 países de la Unión Europea (UE) trataban de alcanzar al menos un "acuerdo político" que permita dar un paso más hacia la unión bancaria.
Tras hallar en octubre un compromiso para la supervisión de la banca en el bloque europeo, los ministros buscan ahora definir un mecanismo que permita liquidar o rescatar entidades financieras en dificultades y constituir un fondo para ello, evitando de ese modo que los contribuyentes tengan que pagar.
"Hay dos aspectos importantes, la estabilidad financiera de nuestra banca y asegurarse que los contribuyentes no tengan que pagar cada vez que un banco tiene dificultades", indicó al llegar a la reunión en Bruselas el ministro holandés y presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem.
Varios aspectos de este nuevo pilar de la unión bancaria, complementario del mecanismo de supervisión (el denominado Mecanismo Único de Supervisión, MUS) acordado en octubre estaban en discusión, y las posiciones están lejos de concordar.
Eso ocurre por ejemplo para saber si el alcance del sistema de resolución se limitará a los 130 bancos más importantes de la zona euro y a aquellos del resto de la UE que quieran participar (como en el caso del MUS) o si debería estar listo para resolver las dificultades de todas las entidades, unas 6.000.
Otro punto en discusión es el del órgano decisorio: quién apretará el botón de manera "rápida y efectiva", según las palabras del ministro español Luis de Guindos.
Algunos países sugieren que sea la Comisión, como lo propuso el mismo Ejecutivo europeo, pero otros prefieren que la decisión la tome una junta de dirección del mismo mecanismo único de resolución (MUR) en la que ocuparía una banca además de cinco responsables permanentes un representante de las autoridades nacionales de supervisión de cada país miembro. Es decir, no dejar todo el poder a la Comisión.
También se tiene que definir cómo se constituirá el fondo de resolución, es decir el dinero disponible para rescatar un banco, así como su monto. Debe definirse si serán fondos nacionales de resolución o un fondo único. Aunque sobre este aspecto quedó claro que serán los mismos bancos los que contribuyan a su constitución./AFP