El incumplimiento en la construcción de los proyectos claves del país, como el desarrollo de vías, puentes, educación, transporte, salud y todo un abanico de obras públicas, es uno de los principales escollos donde resalta la gran corrupción y falta de transparencia de los funcionarios tanto en alcaldías como en departamentos.
El último dato que dio el contralor general, Carlos Felipe Córdoba, que el costo para el país de los elefantes blancos y obras inconclusas es de $25 billones, es apenas una cifra simbólica.
Con ese dinero perdido se podría cubrir la mitad del presupuesto que, antes de la pandemia, el Gobierno destinó este año para las regiones; pagar casi la mitad de lo que se destinó para educación en el 2020; o un 64% de lo que se había destinado para la salud este año.
Si de verdad el país mirara por el retrovisor, se acordaría que esta semejanza viene de mucho tiempo atrás. Los malos manejos de recursos y mala planeación y planificación de las obras, le han causado un grave daño al desarrollo del país.
No hay sino que mirar lo que sucedió con megaproyectos como el Metro de Medellín, que con un sobrecosto significativo. Los US$650 millones que costaba inicialmente el Metro de Medellín terminaron en US$2.174 millones, una suma que en su momento, podía servir para haber pagado en totalidad la construcción de la autopista Ruta del Sol.
Sin ir más allá está la demora en la construcción del Transmilenio en Bogotá, obra que se prolongó durante 15 años cuando estaba presupuesta para 7 años.
Sin ir más lejos, está también el caso de la represa de Hidroituango, una obra inconclusa que ya tiene un sobrecosto de $1,8 billones.
La última perla
El más reciente escándalo de obras mal diseñadas e inconclusas, es el del puente de Chirajara.
Precisamente Coviandes, la que fuera hasta hace algunos meses la concesionaria de la vía Bogotá–Villavicencio y la empresa que tuvo a cargo el fallido puente Chirajara, informó sobre la definición de una solución final para la construcción del nuevo viaducto Chirajara.
Es decir que puente Chirajara se construirá desde 0 y al parecer se debe entregar en el 2022, pero no se dieron a conocer los costos del mismo.
Así, expresó que puede confirmar que el contrato que había con la empresa francesa Eiffage para construir el nuevo puente Chirajara se dio por terminado por mutuo acuerdo. Explica que esto se debió a una valoración financiera y técnica, donde se consideró que, después de año y medio de retraso y demora en las definiciones y autorizaciones oficiales para iniciar la construcción del puente, los perjuicios causados aumentaban cada día.
Al respecto Carlos García, vicepresidente de la ANI, dijo que “hicimos el análisis y llegamos a la conclusión de que lo mejor es tener un viaducto totalmente nuevo y abandonar la cimentación donde estaban apoyadas las pilas del puente”.
Es decir que puente Chirajara se construirá desde 0 y al parecer se debe entregar en el 2022, pero no se dieron a conocer los costos del mismo.
De otra parte, el director del Instituto Nacional de Vías (Invías), Juan Esteban Gil, reveló que ya solicitó al Fondo de Adaptación que requiera al contratista del puente Hisgaura, para que haga una reparación integral de la estructura.
De esta manera, entre el 3 de octubre y hasta el 23 de noviembre se realizará la sustitución completa e impermeabilización de la capa asfáltica, además de la reparación de las barandas de protección peatonal.
La obra fue puesta en funcionamiento el 24 de enero de este año y cuatro meses después de la puesta en funcionamiento, se evidenciaron agujeros en la capa asfáltica del puente que costó más de $100.000 millones.
El diagnóstico
Por otra parte, en un corte de cuentas reciente, el Contralor Delegado para la Participación Ciudadana, Luis Carlos Pineda Téllez, reveló que en el diagnóstico que realiza la Contraloría se han identificado 1.400 obras en este estado. Estos proyectos, que comprometen inversiones por $25 billones, se concentran principalmente en los sectores de educación, vivienda, agua potable y saneamiento básico, transporte y salud.
Los departamentos en los que más se presentan estas obras con problemas son Tolima (96), Antioquia (92), Boyacá (84), Bolívar (83), Meta (82), Valle del Cauca (81), Nariño (72), Cundinamarca (71) y Arauca (66).
Ibagué encabeza el listado por ciudades (con 39 proyectos). Le siguen Cartagena (34), Arauca (29), Leticia (25), Cali (25), Buenaventura (22), Barranquilla (19), Pasto (18), Manizales (17) y Villavicencio (14).
Por valor, el top 10 de estas obras lo encabeza el Portal de Metrolínea 'Papi quiero piña', en Floridablanca (Santander), donde se han invertido $9.849 millones. Le sigue la Refinería del Meta, una obra inconclusa con una inversión de $6.703 millones.
El estudio de la Contraloría encontró que el 15,14% son elefantes blancos (es decir, son obras inservibles), el 24,45% son obras inconclusas (nunca fueron entregadas), y el 29,19% son proyectos críticos (tienen preocupantes retrasos de años o décadas).
Los sectores
La mayoría de estas obras son del sector de agua potable y saneamiento básico (18,36%), cifra preocupante si se tiene en cuenta que el país tiene departamentos como Guainía, Chocó, Vaupés, San Andrés, Amazonas o La Guajira, en donde la cobertura de agua potable está apenas entre el 21% y el 46%.
Le sigue el sector de la educación (17,18%), en donde uno de los casos más preocupantes es el del Plan Nacional de Infraestructura Educativa (PNIE), que buscaba implementar la jornada única escolar y para el que se invirtieron más de $3 billones. De 541 colegios solo ha terminado 162, y ha entregado 35.
Después está el sector del transporte (14,55%), vivienda (10,64%), y deporte y recreación (6,64%).
Entre los elefantes más costosos están en el sector del transporte, con presuntos detrimentos de $2,1 billones. Le siguen el sector del agua potable y saneamiento básico, en donde hay elefantes blancos por $1.8 billones. El tercer lugar lo ocupa la educación, con pérdidas de $1 billón; el cuarto lugar, el sector de agricultura y desarrollo rural, con $776.015 millones, y el quinto lugar es la vivienda, con $762.615 millones.
Una de las obras más onerosas y con retrasos, detectada por la Contraloría, es la construcción de 988 viviendas en Gramalote, Norte de Santander, pueblo que tuvo que ser reubicado luego de que se hundió hace 10 años, en medio de una cruda ola invernal.
Aunque allí se han invertido $64.643 millones y la obra va por un 85%, las familias damnificadas siguen sin recibir el nuevo pueblo.
Faltan reportes
A pesar de que se cumplen dos meses de la entrada en vigencia de la Ley 2020 de julio de 2020, que obliga a los entes territoriales y a todas las entidades del estado a reportar las obras inconclusas ante el Registro Nacional de Obras Civiles Inconclusas, ninguna entidad ha reportado hasta el momento estas obras ante la Contraloría General de la República.
María Fernanda Rangel, directora de la Dirección de Información, Análisis y Reacción Inmediata (Diari) de la Contraloría, entidad encargada del Registro de Obras Inconclusas, informó que los encargados de hacer este reporte tendrán hasta el 17 de octubre para realizarlo. De lo contrario, podrán ser sancionados y reportados ante la Procuraduría si no hay una justificación para no haber realizado los reportes.
“Hago un llamado de atención a todos estos funcionarios que tienen la responsabilidad del Registro de Obras Inconclusas para que inicien sus reportes. La Diari de la Contraloría General de la República está presta a ayudarles e ilustrarlos en cómo realizar el registro, a crearle sus usuarios. Este registro es muy importante para que el país conozca y podamos salvar muchas de estas obras”, afirmó Rangel.
Una de las obras más onerosas y con retrasos, detectada por la Contraloría, es la construcción de 988 viviendas en Gramalote, Norte de Santander, pueblo que tuvo que ser reubicado luego de que se hundió hace 10 años
La Diari ha identificado al menos 480 obras inconclusas en el país, principalmente en los departamentos de Bolívar, Meta, Casanare, Cundinamarca, Boyacá y Arauca, donde hay 32 de ellas.
Actualmente las obras inconclusas superan un valor de inversión cercano a los $10 billones y superan el número de proyectos conocidos como 'elefantes blancos'.