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El Caiman crocodilus fuscus, como se denomina esta subespecie, habita en los departamentos de la región Caribe y la costa Pacífica y en las zonas bajas de Santander, Norte de Santander, Boyacá, Cundinamarca, Tolima y Huila.
Con el primer análisis genético que se hace de este reptil en el país, se confirma que no son dos especies las que habitan en las costas colombianas, como se documentaba anteriormente a partir del estudio de características físicas. Además, se determina que dicha subespecie tiene un estrecho parentesco con una encontrada al sur de Costa Rica y en Panamá.
Para Gonzalo Jiménez Alonso, magíster en Biología de la Universidad Nacional de Colombia (U.N.), esto quiere decir que en Colombia no existe la subespecie Caiman crocodilus chiapasius, exclusiva de México.
Actualizar dicha información a la luz de la genética no es un asunto menor, toda vez que se habla de un animal en riesgo por su uso en la industria de las pieles. Es importante recordar que el país exporta unas 700 mil pieles de babilla, lo cual representa un ingreso de 21 millones de dólares.
Según el científico, con este estudio se pretende completar el vacío que existía en Colombia –Centroamérica, Brasil, Ecuador y Perú ya contaban con documentaciones–, lo cual le abre la puerta a nuevas investigaciones. De esta manera, se podrán actualizar las estrategias de conservación y estimular un uso sostenible en la industria.
El investigador trabajó con una muestra de 78 individuos en 15 localidades distribuidas entre la región pacífica y atlántica. En el laboratorio, analizó genéticamente muestras de sangre y escamas con la ayuda de dos marcadores genéticos mitocondriales, especializados en la identificación y distinción de especies animales.
El Caiman crocodilus fuscus ya había sido documentado en el sur de Costa Rica y en Panamá por Miryam Venegas, experta en taxonomía de la Texas Tech University. Precisamente, el magíster Jiménez llegó a sus conclusiones tras comparar sus registros con los de esta investigadora.
Cabe resaltar que, según la literatura científica, en Colombia existen otras dos subespecies de este reptil. Una en la Orinoquia y Amazonia, además de una endémica en el río Apaporis.
Algunas características
Los machos pueden medir hasta 2,5 metros; las hembras, por lo general, 1,80. Predomina el color verde oliva, aunque otras babillas presentan tonalidades claras. El vientre es color crema o amarillento.
Estos animales viven en zonas de aguas lentas en ríos, lagunas o lagos. Las hembras ponen entre 20 y 40 huevos una vez al año. A diferencia de otras especies, el sexo de la babilla no se determina por los cromosomas, sino por la temperatura de incubación. A más calor, la cría es macho.
El apareamiento ocurre en la estación lluviosa. La hembra hace el nido aglomerando pequeñas cantidades de vegetación seca y tierra y pone allí de 15 a 40 huevos. La incubación dura un promedio de 13 semanas. Al nacer, las crías miden unos 20 cm.
A simple vista, esta subespecie se diferencia del Caiman crocodilus chiapasius, pues por lo general esta tiene un hocico más corto y una tonalidad verde más clara. “Aunque estas distinciones suelen tornarse muy subjetivas, las diferencias se perciben con mayor certeza a partir de la información genética”, concluye el zootecnista Jiménez.
Las poblaciones de esta especie se han visto afectadas por la cacería humana, para utilizar su piel en la industria textil. En la actualidad existen algunos zoocriaderos en el país, quienes exportan las pieles principalmente para el mercado norteamericano, Europeo y a los países Orientales.
Podría ser confundido con el Caimán Aguja, pero estos tienen el hocico más pronunciado y al cerrar la boca sobresale el colmillo inferior, gracias a una escotadura premaxilar.