Crisis invernal: “Llegamos al final del año sin plata, porque se la robaron” | El Nuevo Siglo
CARLOS CARRILLO habló con este periódico respecto a la crisis que se vive en todo el territorio. /Ungrd
Viernes, 8 de Noviembre de 2024
Valentina Delgadillo Abello

EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo está el operativo de respuesta en cuanto a la emergencia por lluvias que vive el país?

CARLOS CARRILLO: Lo primero es que dentro del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo que tiene el país existen distintos niveles de respuesta. Nosotros tenemos un sistema que se creó en la Ley 1523 que establece cuál es el orden de respuesta, esto dentro del respeto a las autonomías de los gobiernos locales, así que, por supuesto que hay una preparación a nivel nacional, pero cada uno de los entes territoriales, las ciudades y los departamentos, son los primeros respondientes. El municipio es el primer respondiente. Por ejemplo, lo que pasa en Bogotá, para hablar de un caso puntual, lo que pasó en la autopista, quien responde es Bogotá, antes de que posiblemente entre a actuar la Ungrd.

Es una vez agotada la capacidad de Bogotá, que entraría a actuar la Ungrd, eso es importante aclararlo. Nosotros lo que sí hacemos todo el tiempo, es entregar asistencia técnica como estamos haciendo en este momento en La Guajira, en Santa Marta, para que se lleven a cabo los Registros Únicos de Damnificados que son indispensables para poder entregar ayudas y asistencia humanitaria en caso de que sea requerida por los entes territoriales.

 

ENS: ¿Cuántos damnificados tenemos actualmente?

CC: Justamente, por eso es tan importante que se realice con diligencia, el Registro Único de Damnificados, esa es la cifra oficial que nos permite cuantificar la Ungrd coordina el sistema y, por lo tanto, está al frente de la coordinación, pero de quién es responsabilidad el registro de los damnificados es de los gobiernos municipales. En este momento tenemos una información preliminar en la sala de crisis, donde se nos habla de alrededor de unas 11.000 familias que habrían podido tener algún grado de afectación en los últimos días.

ENS: ¿Cuáles son las zonas más afectadas?

CC: Colombia es un país que tiene una geografía bastante compleja, bastante indómita y además, un ordenamiento territorial que históricamente ha promovido quien los lugares de riesgo sean ocupados particularmente por las personas más pobres, así que, en términos generales, ocurren eventos en todas partes del país, pero los principales departamentos más afectados son La Guajira, donde ha habido 16 eventos por lluvia en este departamento, hay siete municipios en este momento afectados, alrededor de 3.500 familias; también el Huila, que tiene dos eventos reportados en 11 municipios; el Valle del Cauca ha tenido 7 eventos reportados, particularmente la zona de Buenaventura ha sufrido bastante con esto; en el Chocó hay también siete eventos reportados y se habla de alrededor de unas 4.000 familias; en el Cauca han ocurrido seis eventos en cuatro municipios; esos serían los más afectados por ahora, pero hay afectaciones en varios lugares.

ENS: ¿Qué tanto o no está golpeando el fenómeno de La Niña al país?

CC: Yo creo que en este momento hay una incidencia que aún no es tan preocupante como lo habríamos esperado hace un tiempo, los pronósticos son cada vez más difíciles, estos tiempos que corren de variabilidad climática hacen que sea cada vez más difícil tener certeza sobre sus pronósticos. Entonces, por ahora estamos en un escenario que es mucho menos grave de lo que se había pensado hace unos meses sobre la posible incidencia del fenómeno de La Niña

ENS: ¿Qué pasó con el llamado que se hizo desde Ungrd para que le dieran más recursos a la entidad para atender, precisamente, la contingencia climática en esta emergencia invernal?

CC: Efectivamente, los dos meses del año son los de lluvias más intensas y nosotros llegamos a fin de año sin plata. Y llegamos sin plata porque se la robaron. Hay unos recursos, por ejemplo, en el caso de La Guajira −que en este momento está trabajando por esa crisis−, que no pueden ser utilizados porque están congelados en medio de una disputa jurídica con la Alcaldía de Uribia, a quien, generosamente, Olmedo López y Sneyder Pinilla le entregaron $231.000 millones en un fondo de inversión colectiva, fondo que en nuestra opinión se entregó de forma irregular y que ha generado una controversia jurídica.

Esa controversia jurídica la hemos ganado nosotros. Sin embargo, los recursos siguen secuestrados por el alcalde de Uribia; si el alcalde de Uribia aceptara terminar esto en mutuo acuerdo, esos $230.000 millones, que serían tan necesarios en este momento para atender la emergencia que se da en ese municipio y en otros municipios de La Guajira (podrían emplearse).

ENS: ¿Qué tan cierto es que después del escándalo de corrupción hay mucha prevención para hacer contrataciones por urgencia manifiesta o por calamidad, porque la gente teme meterse en un problema de corrupción o terminar empapelado?

CC: Sí. Este escándalo de corrupción tan lamentable tan bochornoso, que le ha hecho tanto daño al país, por supuesto que le ha hecho también tanto daño a nuestro Gobierno. Tiene una afectación y hay problemas. Sí, hay una crisis de credibilidad, una crisis reputacional y eso es con lo que tenemos que lidiar todos los días y es lo que yo vengo tratando de hacer para para sacar esta entidad adelante, reconstruir la confianza de la sociedad con la Unidad.

ENS: ¿A propósito, pues de la activación de la nueva estrategia de respuesta el Sistema Nacional de Prevención y Atención de Desastres está funcionando?

CC: Sí. Hay estrategias de respuesta, por supuesto a nivel nacional. Nosotros necesitamos aprobar la ENRE que es una Estrategia Nacional de Respuesta de Emergencias, que debió haberse aprobado hace una década y que, en sucesivos gobiernos se ha planteado y no se ha logrado aprobar. Entonces, una de las búsquedas que tenemos a corto plazo en la Unidad, es que el Consejo Nacional de Gestión del Riesgo pueda probar esa estrategia nacional.

Yo, por supuesto que estoy abierto a la crítica y al debate siempre, soy una persona muy afecta a dar debates de toda índole, pero yo creo que la Ley 1523 tiene muchas cosas buenas, como cualquier otra expresión de los acuerdos sociales, es susceptible de mejorar; pero, sin duda, en los últimos 12 años esa creación del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo a pesar de saqueo, porque no solamente sucedió con Olmedo López, sino que ha pasado antes y se ha convertido también la entidad un poco en un fortín de algunos políticos, sucedió en el pasado, yo sí creo que el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo le ha permitido al país sumar capacidades, incluso ha sido un modelo a seguir por otras naciones latinoamericanas.

Hay que cuidarlo, hay que fortalecerlo y yo sí creo que debemos abrir la discusión sobre cuál es la institucionalidad que Colombia necesita para enfrentar esa crisis climática que vive el mundo. Y esa discusión debe darse para generar acuerdos en todas las fuerzas políticas, ojalá se pudiera llegar −lo digo yo, que soy una persona que tiene bastante claridad en términos ideológicos, nunca he sido dado a matizar o a aligerar mis posturas ideológicas− en lo que tiene que ver con gestión del riesgo, la discusión debe apartarse completamente de la disputa ideológica y de la política electoral. Debemos tratar de construir un consenso como sociedad, sobre la importancia de destinar recursos y de fortalecer la institucionalidad alrededor de la adaptación del territorio al cambio climático.