LA MESA de negociación entre el Gobierno y el Eln debe continuar, más allá de los cálculos políticos. Así lo dijo a EL NUEVO SIGLO, monseñor Héctor Fabio Henao, delegado de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC) para las Relaciones Iglesia-Estado y delegado de la Iglesia para los diálogos de paz, quien aseguró que según la conclusión de los delegados de la diócesis el cese al fuego tuvo resultados positivos.
EL NUEVO SIGLO: Esta semana en la Conferencia Episcopal se hizo un análisis muy pormenorizado de cómo va la política de ‘paz total’ y en dónde están los puntos de crisis. ¿Cuál fue la principal conclusión de ese análisis que se hizo esta semana?
HÉCTOR FABIO HENAO: Ha habido dos análisis recientemente. Uno fue en una reunión con todos los delegados de las diócesis para los mecanismos de cese fuego con el Eln a nivel regional y local, además de los 35 delegados de cada uno de los mecanismos. Se analizó la situación de las distintas regiones, los avances, así como los retos que hay.
Lo segundo fue un evento abierto y público, en el cual se escucharon a los jefes de las diferentes delegaciones, donde se deben ver los avances que hay en algunos casos y los desafíos que hay en otros.
El resultado final es que ellos ven que el cese al fuego realmente tuvo un impacto positivo, que las comunidades tuvieron un alivio porque se presentó una serie de situaciones, no solamente tratamientos con la Fuerza Pública, sino, en general, una disminución de acciones violentas, por lo cual las comunidades vivieron en una situación de relativa tranquilidad. Esperan que se reanude el cese al fuego.
Por otra parte, al escuchar a los delegados del Gobierno, primero, se hizo entrega de la carta dirigida a la mesa de negociaciones con el Eln. Es una carta que recoge lo dicho por los delegados diocesanos.
En segundo lugar, se verifica que, por supuesto, hay unos avances en algunos casos. En concreto, se habló de la ‘Segunda Marquetalia’, ya sea en un primer ciclo y ahora se prepara un segundo ciclo, donde el Gobierno evalúa como muy positivo los avances allí.
Pero, por supuesto, que se verifica que con el Eln hay un estancamiento por distintas circunstancias que ellos denominan “situaciones críticas”, lo que representa un desafío muy grande.
Mientras tanto, se están abriendo otros espacios, como ya lo sabe la opinión pública, tanto con las Autodefensas Gaitanistas (Clan del Golfo) como con las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada de Santa Marta.
ENS: Una frase que impactó mucho sobre lo que dijo el alto comisionado, Otty Patiño, en el evento esta semana es que el Eln abandonó el mecanismo. ¿Cómo se interpreta exactamente lo que quiso decir el funcionario?
HFH: Lo que vemos es que el Eln, en un cierto momento, no ha participado en las sesiones de este mecanismo, por el hecho mismo de que el pasado 3 de agosto el mecanismo perdió su vigencia, porque ya no se está hablando de un cese al fuego, que es la condición para que el mecanismo realmente exista. Si no hay cese al fuego, el mecanismo no existe.
ENS: En otras palabras, monseñor, ¿en este momento hay un proceso de paz activo con el Eln o se acabó?
HFH: El proceso no se ha acabado. No se ha dicho que haya una ruptura del proceso. Este proceso está en una fase de congelamiento por distintas circunstancias. No se puede hablar de una terminación del proceso con el Eln.
Sigue habiendo, de alguna manera, unos compromisos y se va avanzando en algunas acciones que se habían pactado.
El nudo en las negociaciones
ENS: Hay analistas que dicen que el Gobierno no puede ceder en temas como la financiación del Eln para que no secuestren, en el tema del diálogo con una ex facción del Eln en Nariño y en reconocer que es una organización armada con orientación política, que en realidad ya lo hizo. ¿Es superable el nudo gordiano que hay en la mesa de negociación?
HFH: Los procesos de negociación se hacen porque existen indudablemente grandes diferencias, porque hay puntos de vista opuestos y sobre esa base es el negocio.
La mesa es la que abre la posibilidad de encontrar los puntos para avanzar en acuerdos. Todo depende de la forma como la mesa avanza. La mesa ya ha abordado gran parte de estos asuntos, no los ha cerrado directamente, pero sí ha habido una voluntad de la mesa de dar cumplimiento a unos puntos.
De lado y lado, creo que el asunto está en ver cómo se llega a reconstruir la confianza de que realmente vamos en el camino correcto y que estamos avanzando en llevar a las comunidades el alivio que tanto desean.
ENS: Hay quienes defienden el mecanismo de cese al fuego y dicen que efectivamente las estadísticas evidencian que se disminuyó una serie de delitos y de actos de violencia, pero hay también quienes dicen que el cese al fuego ha permitido un fortalecimiento y expansión de los grupos armados ilegales, ¿usted que considera?
HFH: Es una evaluación que escapa de nuestras manos; es de carácter militar. Pero el asunto está en que los ceses al fuego, como se pactó con el Eln, claramente decían que no era un impedimento para que la Fuerza Pública ejerza sus funciones en algunas materias concretas.
No creo que el cese al fuego sea un mecanismo que sirva para fortalecer a los grupos armados. Habría que analizarlo con detenimiento.
Violencia en las regiones
ENS: Uno de los temas que más está preocupando al país en este momento, además del Chocó que ha tenido siete paros armados o de Arauca que tiene una situación bastante complicada en donde el Eln es protagonista, es también la del Cauca en donde la violencia sigue creciendo. ¿Cómo está viendo la Iglesia la situación en el Cauca en donde el tema del cese al fuego, las disidencias y las reincidencias es tema central?
HFH: El Cauca requiere atención especial. Es un departamento en el cual hay múltiples actores. Son muchas las organizaciones que hacen presencia en el Cauca y que están en confrontación entre ellas, porque aquí hay una acción de la Fuerza Pública y que también se ha definido por parte de la Presidencia de la República con un énfasis en ese sector del país.
Pero hay también unas luchas entre distintos sectores armados al margen de la ley. Eso ha hecho muy compleja la situación humanitaria del Cauca. El Cauca tiene una situación humanitaria muy difícil, debido, no solo a los asesinatos, sino también por desplazamientos forzados.
Pero sabemos que también el asunto de minas antipersonal, que deja un impacto muy severo en las comunidades, ha vuelto a sentirse con mucho rigor en el Cauca.
Por lo tanto, se requiere todo lo que es la acción humanitaria en este momento para la protección de las comunidades, que es de un alto valor.
La Iglesia en el Cauca, encabezada por la de Popayán, ha venido haciendo una serie de diálogos con múltiples sectores para buscar alternativas para mirar de qué manera se puede hacer más por la población.
La población civil debe ser excluida de estas acciones de confrontación entre los distintos grupos.
ENS: En un país de tanto ‘pazólogo’ y ‘conflictólogo’ este tema de los procesos de paz siempre genera división y polarización. ¿Se debe insistir en un proceso de paz con el Eln y con el resto de los grupos armados ilegales?
HFH: Es una posición de la Iglesia, no solamente en Colombia, sino en el nivel universal, que en el diálogo siempre es posible buscar alternativas y salidas a las situaciones humanitarias a través de la Constitución.
Todos los conflictos armados terminan en eso: en cómo llegar a ella a través de la metodología y cómo alcanzar los acuerdos. Eso ya es objeto de discusión, pero pienso que la perspectiva de que debemos persistir en el trabajo en favor de las comunidades, a fin de que se disminuye el impacto en las comunidades, que se alivien las situaciones que las afectan, en que se suspenda todo tipo de coacción a las comunidades. Me parece que hay que seguir trabajando intensamente.
ENS: Usted que ha estado en la mesa y que ha visto de primera mano negociaciones. ¿Considera que a hoy la guerrilla del Eln sí tiene intención de adelantar un proceso de paz con el gobierno Petro o ya está pensando, como ha ocurrido en el pasado, en lo que pase a partir de 2026?
HFH: Los cálculos políticos, los grupos que están negociando los hacen. Eso hace parte de una dinámica de cálculos que suelen hacer los grupos. Nosotros estamos, como Iglesia, siempre en los territorios. Por lo tanto, para nosotros eso es un asunto que no ocupa en su totalidad, pero para estos grupos sí tiene importancia.
Nosotros aspiramos a que se mantenga la voluntad y la decisión. Eso fue lo que firmamos en la carta. Pedimos que se mantenga la decisión de avanzar en la mesa.
Era una carta dirigida, no solamente a un sector, sino a la mesa como total. Que todos los que hacemos parte de la mesa hagamos todo tipo de acciones para que la mesa continúe y se mantenga, más allá de los cálculos políticos que se puedan hacer, pero pensando en que se mantenga el enfoque en cuanto al cuidado y protección, en aliviar la situación de las comunidades.