El conservador alemán Armin Laschet dio un gran paso de cara a reemplazar a Angela Merkel, al haber sido escogido este lunes por la dirección de la CDU para que sea el candidato de la formación en las elecciones legislativas de septiembre.
La dirección de la Unión Demócrata Cristina de Alemania (CDU) decidió el lunes, durante una reunión a puerta cerrada, apoyar a Laschet, presidente del partido, a pesar de su mala posición en los sondeos frente a otro conservador más popular, Markus Söder, que dirige la formación aliada Unión Social Cristiana (CSU) de Baviera.
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"El presídium emitió una opinión clara, tras unas consultas detalladas" para que Armin Laschet sea el candidato de la Unión de esos dos partidos en la campaña de las legislativas del 26 de septiembre, indicó a la AFP un participante.
"Lo consideramos excepcionalmente apto y le hemos pedido que hable con Markus Söder sobre cómo proceder a partir de ahora", confirmó el dirigente de la CDU del estado de Hesse, Volker Bouffier.
La decisión no es definitiva pero, con ese apoyo, Laschet (60 años), que dirige la región más poblada de Alemania, Renania del Norte-Westfalia, tiene muchas posibilidades de defender los colores conservadores en las elecciones y, de este modo, suceder a Angela Merkel, que lleva 16 años en el poder.
Pérdida de velocidad
Aunque está perdiendo fuerza en las encuestas, la CDU continúa liderándolas, con alrededor del 28% en intención de voto, contra el 22% de los Verdes.
Ministro-presidente de Baviera, Söder, de 54 años, se había declarado el domingo dispuesto a intentar convertirse en el primer bávaro en ocupar la cancillería. Siempre y cuando la CDU, mucho más poderosa a escala nacional, le diera su apoyo.
Pero, a pesar de su gran cota de popularidad en toda Alemania y de haber contado con ciertos apoyos dentro de la CDU, Söder lo tendrá difícil para alterar la tendencia.
Y es que la dirección de la CDU es una instancia crucial para la designación de un candidato. En general, son los cristiano-democrátas quienes suelen resultar elegidos.
La CSU, una formación regional, solo ha representado en dos ocasiones al bando conservador en las elecciones, y las dos se saldaron en fracaso: en 1979 y en 2002.
Söder, que se ha convertido en uno de los políticos más apreciados gracias a su enfoque estricto y prudente de la lucha contra el coronavirus, no ha logrado convencer a los responsables conservadores más allá de Baviera.
Estos últimos parecen desconfiar de un dirigente que hasta hace poco afirmaba que su lugar estaba en Múnich y no en Berlín.
En cambio, solo una cuarta parte de los alemanes creen que Laschet, un experiodista de ojos risueños, tenga madera de canciller. Considerado durante mucho tiempo como un moderado afín a la línea de centro de Angela Merkel, ha tenido varios sinsabores desde que en enero fuera elegido para liderar la CDU.
Risitas
Su reciente propuesta de imponer un confinamiento estricto pero breve para atajar la tercera ola de la pandemia despertó críticas y risitas burlonas.
Hasta entonces, el dirigente regional se había mostrado partidario de que las medidas se flexibilizaran e incluso se había enfrentado con Angela Merkel al respecto.
Además, su posición también quedó debilitada por los dos duros reveses registrados en las elecciones regionales de marzo, empañadas por un caso de supuesta corrupción relacionada con la compra de mascarillas, que salpicó a diputados conservadores.
Aún así, Laschet ha sabido garantizarse, entre bastidores, el apoyo de los responsables de la CDU, preocupados por que su partido quedase a la sombra de la CSU.
Entretanto, las otras formaciones han ido avanzando posiciones.
Los socialdemócratas del SPD eligieron como candidato a su jefe de filas, el ministro de Finanzas Olaf Scholz.
Y los Verdes, acreditados con más del 20% en intención de voto, anunciarán el próximo lunes cuál de sus dos presidentes, Annalena Baerbock y Robert Habeck, luchará por la cancillería.