Dos ataques contra el contingente de la ONU en Malí dejaron nueve muertos este lunes, incluyendo un casco azul togolés y un soldado maliense, en vísperas de una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre la seguridad en África.
Estos dos ataques, al que se suma el atentado que golpeó el domingo al vecino país Burkina Faso, que dejó 18 muertos, se producen en vísperas de una reunión el martes del Consejo de Seguridad de la ONU.
En la cita se planteará el tema de la creación de una nueva fuerza internacional de lucha contra los yihadistas en la zona del Sahel.
El primer ataque golpeó los campamentos de la misión de la ONU en Malí (Minusma) en el centro del país provocando dos muertos, un soldado maliense y un casco azul togolés.
"Presuntos yihadistas dispararon contra el campamento de la misión de la ONU en Duentza (centro) desde una colina", declaró a la AFP un responsable de la localidad.
El delegado local indicó que los atacantes fueron "repelidos" y "abatidos".
"Se mató a dos de los asaltantes y el plan de ataque de los terroristas fracasó. Hemos enviado refuerzos para garantizar la seguridad de la ciudad", agregó esta fuente.
La zona del norte de Malí se encuentra desde marzo de 2012 a merced de grupos yihadistas vinculados a Al Qaida. La ONU tiene desplegada desde 2013 una misión en la zona, que sufre constantemente los ataques de los yihadistas.
Horas después del ataque de Duentza, hombres armados con fusiles y granadas atacaron la entrada del campamento de la ONU en Tumbuctú. En el asalto murieron cinco guardias, un policía y un civil empleado en la misión, cuya nacionalidad no fue especificada.
"Seis asaltantes fueron abatidos en la contraofensiva de la Minusma frente al ataque", precisó la ONU.
La misión en activo con más bajas
El secretario general de la ONU Antonio Guterres condenó los ataques es un comunicado en el que advirtió que las ofensivas contra las fuerzas de paz de la ONU "pueden constituir crímenes de guerra según la legislación internacional".
Este ataque muestra las dificultades de la Minusma para mantener a salvo a sus efectivos, un contingente que tiene el triste récord de ser la misión en activo de la ONU con más bajas.
El martes una reunión programada desde hace tiempo en la ONU abordará la creación de una fuerza de militar compuesta por Burkina Faso, Malí, Mauritania, Níger y Chad, para reforzar los dispositivos nacionales y multilaterales que operan en la región.
Esta fuerza compuesta por unos 5.000 hombres debería estar operativa en el otoño boreal, pero su financiamiento está muy lejos de estar asegurado y su costo estimado es de 420 millones de euros (494 millones de dólares).
Desde marzo de 2012, en el norte de Malí operan grupos yihadistas vinculados a Al Qaida. Fueron en buena medida expulsados por una intervención militar internacional lanzada en 2013 por iniciativa de Francia.
Sin embargo, existen zonas que escapan al control de las fuerzas malienses, francesas o de la ONU, regularmente blanco de ataques.