"Bolsonaristas" confían en que "todo va a cambiar" | El Nuevo Siglo
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Lunes, 29 de Octubre de 2018
Redacción internacional con AFP

Eufóricos tras la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro, sus electores aseguraban que con la llegada al poder del ahora presidente electo se producirán grandes cambios en un Brasil golpeado por la corrupción, la violencia y la recesión económica.

El "55% de los electores cree eso: que es un momento histórico, que todo va a cambiar, que todo va a ser una belleza... ojalá", afirmó Joelson Alves Soares, un jubilado de 72 años que vive en Rio de Janeiro.

En esa ciudad es donde Bolsonaro ha desarrollado toda su carrera política, primero como concejal y después como diputado, representando al estado de Rio durante los últimos 28 años en Brasilia.

En Rio, justamente, obtuvo uno de los resultados más abultados en la segunda vuelta del domingo, al llevarse un 67% de los votos.

"Después de estas elecciones, la gente tiene que cambiar. Puede ser que ahora con esta renovación mejore nuestro país", dijo Jocemil Clacino, un comerciante de 66 años.

Muchos electores decidieron apoyar a Bolsonaro en gran parte por el rechazo hacia su competidor en la segunda vuelta, Fernando Haddad, del Partido de los Trabajadores (PT), que gobernó el país de 2003 a 2016 y cuyo líder, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva, se encuentra en prisión por corrupción y lavado de dinero.

Entre ellos está Victor Hugo Salgueiro, un biomédico de 27 años que votó por el ultraderechista porque consideró que ya eran suficientes los 13 años del PT en el poder.

Aunque millones de brasileños salieron de la miseria durante el gobierno de la izquierda, principalmente durante el gobierno de Lula (2003-2010), una parte de la población relaciona al PT con los grandes escándalos de corrupción que afectaron al país.

El discurso

Por su lado, los electores de izquierda no ocultan su profunda aversión hacia Bolsonaro, nostálgico de la dictadura militar (1964-85) y quien suma numerosos comentarios racistas, homófobos y misóginos.

En un Brasil muy polarizado, la campaña fue particularmente tensa y nociva.

"Estas elecciones mostraron de verdad lo peor del ser humano, mostraron el alma del ser humano, se dijo todo lo que se temía decir", deploró Adriana Calvi, de 55 años y votante de Haddad. "Siento mucha pena, pero vamos a salir adelante", dijo.

En la noche del domingo, tras conocerse los resultados, Haddad demandó que "sus 45 millones de electores sean respetados", y recordó que están en juego los derechos civiles y políticos.

En principio, el izquierdista se abstuvo de felicitar al ganador, pero este lunes optó por desearle "éxito" y "suerte", a través de un mensaje en Twitter.

Los inversionistas

De otra parte, los inversores recibieron sin euforia la victoria electoral de Bolsonaro en espera de que dé señales concretas de cómo piensa aplicar su programa de reformas promercado.

La Bolsa de Sao Paulo abrió con un alza de más de 3%, pero comenzó a retroceder al mediodía y acabó cayendo 2,24%.

El dólar llegó a cotizarse a menos de 3,60 reales por primera vez desde abril (frente a 3,65 el viernes), antes de perder terreno, cerrando a 3,71 reales.

La Bolsa había festejado con alzas considerables la victoria de Bolsonaro en la primera vuelta del 7 de octubre por 46% de los votos sobre 29% de Haddad. Pero con eso ya le habían "puesto precio" a la llegada del excapitán del Ejército al poder.

"Los inversionistas anticiparon mucho la victoria de Bolsonaro, era algo que se sabía y era muy difícil que no ocurriera (...) Ahora viene otra parte importante, que es esperar nuevas decisiones, que los inversionistas entiendan qué es lo que van a hacer", señaló el analista Raymundo Magliano Neto, de Magliano Corretora.

Rafael Cortez, de Tendencias Consultoría, explicó el retroceso del pregón y la desvalorización del real por un proceso de toma de beneficios, tras las altas del último mes. Pero para el analista la incertidumbre en torno al programa económico de Bolsonaro, en especial de la reforma del sistema de jubilaciones, también está pesando.

El futuro ministro de Hacienda, Paulo Guedes, confirmó que el gobierno que asume el 1º de enero llevará a cabo un programa de privatizaciones e impulsará la reforma de las jubilaciones.

Uno de los puntos que genera más incertidumbre es que el proyecto deberá pasar por un Congreso fragmentado. "En este momento, la gran cuestión es la reforma del sistema de jubilaciones y saber si el Congreso estaría dispuesto a aprobarla", comentó Sergio Vale, analista de la consultora MB asociados.

El conservador Partido Social Liberal (PSL) de Bolsonaro creció en el Congreso a una bancada de 52 diputados, la segunda mayor de la Cámara de 513 integrantes, después del PT que contará con 56 representantes. Por eso, se infiere que el presidente requerirá de alianzas para impulsar sus propuestas.

Diferencias

Para analistas, la luna de miel entre Bolsonaro y los mercados será corta debido a las incertidumbres en torno a su programa económico y a las diferencias entre él y Guedes.

"Vimos en la campaña a Guedes defendiendo una agenda liberal de privatización, reajuste salarial y nuevo sistema laboral, sin embargo el (discurso) histórico de Bolsonaro muestra visiones muy contradictorias que parecen más estatistas (...) No sabemos si Guedes tendrá real poder para decidir en la economía", afirmó la economista Laura Carvalho.

"El programa económico de Bolsonaro no tiene ninguna evaluación de impacto (...). Además, su propuesta mayor -reducir a cero en 2019 el déficit fiscal primario (destinado al pago de intereses de la deuda pública), no es realista", afirmó una nota de coyuntura de la aseguradora Euler Hermes.

Para Carvalho, que fue asesora del excandidato de izquierda Guilherme Boulos, Bolsonaro tendrá dificultades porque "no tiene un apoyo incondicional entre sus electores ni un capital político grande para impulsar una agenda radical".

"Sumando eso a la falta de experiencia en gestión económica y de articulación política, hay riesgos de que el gobierno pierda rápidamente su estabilidad. Privatizaciones y jubilaciones son cosas que la gente no acepta con facilidad y ahí se viene la pregunta de cómo reaccionará el gobierno en caso de perder apoyo", agregó.

La estimativa de Euler Hermes es que la dificultad de impulsar una reforma del sistema de jubilaciones en el Congreso conlleve al aumento del riesgo en Brasil y que las incertidumbres en torno a su programa económico devengan en una mayor depreciación del real.