SI BIEN las docenas de drones ucranianos dirigidos contra Moscú no tuvo resultado militar alguno, como se presupuestaba, esa temeraria acción tiene un alto impacto geopolítico, por ser un golpe al prestigio de Vladimir Putin, que domina esta guerra.
Aunque no es la primera vez que la mira de un dron está sobre la capital -hubo cuatro intentos de ataques el año anterior-, si lo es que fuera un ataque a gran escala contra cinco regiones específicas, abarcando desde la fronteriza Kursk hasta la primera ciudad del país.
El sofisticado armamento entregado por Estados Unidos y sus aliados europeos al presidente ucraniano Volodimir Zelensky para defenderse ante la invasión rusa iniciada hace 30 meses y que es un intento de equiparar la desigualdad de fuerzas, tiene como línea roja que sean utilizadas en suelo ruso. Sin embargo, la misma se traspasó desde este 6 de agosto cuando incursionó en Kursk, donde a hoy asegura controlar 92 localidades, unos 1.250 km2.
De igual forma, en la madrugada de este miércoles cuando dirigió 45 drones explosivos hacia la capital rusa y varias zonas aledañas, “uno de los intentos de ataque más importantes jamás realizados" contra la ciudad, como lo destacó el alcalde moscovita, Serguéi Sobianin, en Telegram.
En total, fueron destruidos por los sistemas de defensa aérea rusos sobre las regiones de Moscú (11), Briansk (23), Bélgorod (6), Kaluga (3) y Kursk (2)., según detalló el Ministerio de Defensa ruso en un comunicado, en el que agregó que también fue derribado un misil en el oeste de la región de Rostov, en la zona fronteriza con Ucrania.
Así fue una noche “iluminada” de fuego (nueve horas) sobre Moscú y sus alrededores, pero también sobre la capital ucraniana, cuyas autoridades aseguraron que neutralizaron 50 dispositivos con explosivos lanzados por Rusia, gran parte de ellos dirigidos contra Kiev.
Ambas acciones, que sorprendieron a todos, incluso a sus aliados que con Estados Unidos a la cabeza transitan por el delgado hilo de verse involucrados directamente en esta guerra, con todo lo que ello implicaría, se han mostrado reservados ante las arriesgadas jugadas de Ucrania, de escasa posibilidad de éxito.
El presidente estadounidense, Joe Biden, tomó una semana en reaccionar a la incursión en Kursk, diciendo que creó "un verdadero dilema" para el presidente ruso, Vladimir Putin, mientras que Francia, que lleva semanas esperando la formación de un gobierno, no se ha pronunciado.
Vale recordar que Reino Unido permite a Kiev utilizar 14 tanques Challenger 2 como lo considere conveniente, aunque al igual que el resto de los aliados, prohíbe el uso de misiles de largo alcance, como los crucero Storm Shadow, para evitar una escalada del conflicto.
En tanto, el Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, pidió este miércoles levantar las restricciones al uso de armamento occidental por parte del Ejército de Ucrania en su ofensiva en la región rusa de Kursk, tras asegurar que el ataque ucraniano es "un duro golpe a la narrativa" del presidente Putin.
En un mensaje en redes sociales, dijo que retirar las restricciones al uso de medios militares frente a las fuerzas rusas "implicadas en la agresión contra Ucrania" tendría "varios efectos importantes", para a renglón seguido indicar que reforzaría la autodefensa de Kiev, salvaría vidas y estructuras ucranianas e impulsaría unas negociaciones de paz.
Anticipó que el tema se discutirá en la reunión informal de ministros de Exteriores y Defensa de la UE de la próxima semana en Bruselas, en la que participará el titular de Exteriores ucraniano, Dimitro Kuleba.
Si bien Zelenski y su cúpula militar son conscientes que será imposible que alguno de sus drones explosivos llegue al destino programado, ya que el escudo protector ruso los destruye kilómetros antes de acercarse al blanco, también lo son que el solo intento es una ‘demostración’ de cuán lejos puedes llegar y que como lo ha dicho el mandatario en varios foros internacionales “no es imposible ganar a Rusia”, aunque al mismo tiempo a través de algunos voceros asegura que “no tenemos la intención de ocupar sus territorios”.
Lo cierto es que Ucrania, que resiste con grandes dificultades desde hace meses al avance de tropas rusas en el este y el sur del país, abre así un nuevo frente de guerra, a sabiendas de su inferioridad en hombres y armas, lo que la hace más vulnerable. Se sabe que ha limitado su contingente militar en Rusia debido a que la mayor parte de sus fuerzas están en el frente principal.
Y aunque Rusia enfrenta desde hace dos semanas la significativa ofensiva transfronteriza en Kursk y sus alrededores, sus tropas avanzan a pasos agigantados en el este ucraniano, acercándose rápidamente a la ciudad de Pokrovsk.
¿Qué busca Ucrania?
Pese a que de antemano sabe de los riegos y alta posibilidad de fracaso con su incursión a suelo ruso como con los drones enfilados hacia Moscú, Ucrania busca golpes geopolíticos de alto impacto.
El asesor presidencial ucraniano, Mijaílo Podoliak, dijo recientemente que controlar territorios en la fronteriza Kursk les puede servir para obligar a Rusia a sentarse a la mesa de negociaciones, “con nuestras condiciones”.
Para analistas internacionales como Pierre Razoux, director académico de la Fundación Mediterránea de Estudios Estratégicos, un centro de reflexión basado en la ciudad francesa de Toulon, las mencionadas acciones ucranianas son “una jugada para intercambiar, llegado el caso, la zona conquistada por otros territorios ucranianos tomados por el enemigo”.
Agrega que podría haber otro objetivo: "destruir la mayor cantidad posible del potencial bélico de Rusia" y "crear una zona de amortiguamiento" que aleje de Ucrania los bombardeos rusos, como explicó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski.
Como lo reseñó el analista de EL NUEVO SIGLO, Pablo Uribe Ruan, en su artículo “Sanciones contra Moscú facilitan la entrada de Ucrania en la rusa Kursk”, de este fin de semana, las tropas del Kremlin estarían enfrentando problemas logísticos, agravados por una fallida red de trenes, fruto de las sanciones occidentales.
El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, se pronunció en igual sentido. A través de su portavoz, Patrick Ryder, aseguró que "hemos visto indicios de que Rusia está moviendo un pequeño número de fuerzas a Kursk para responder, pero en términos generales Rusia está teniendo dificultades para responder y sigue habiendo algunos avances ucranianos".
Para el historiador militar Michel Goya, Ucrania posiblemente logre debilitar la defensa rusa "con drones, guerra electrónica y la infiltración de equipos de rangers", pero enfatiza que la gran duda es por cuánto tiempo podrá mantener esa estrategia.
Y sobre el terreno, la pregunta es la misma ya que si bien Ucrania arrastró a Rusia a un segundo frente por primera vez desde el inicio de la guerra hace más de dos años, se desconoce si la podrá sostener por mucho tiempo. Aunque vale advertir que lo mismo ocurre con el bando contrario.
Mick Ryan, un general australiano retirado, manifiesta que “ambos podrían aumentar sus fuerzas por períodos cortos, pero no está claro que ucranianos o rusos puedan sostener ese abordaje por mucho tiempo…Uno u otro bando deberá tomar una decisión difícil sobre sus prioridades”.
La posición ucraniana en Rusia podría llegar a ser más frágil con el tiempo, en especial porque el ejército ruso continúa avanzando en Ucrania.
El politólogo Vasily Kashin, basado en Rusia, destacó que Ucrania golpeó el prestigio ruso con su incursión, pero que no ha tomado ningún sitio estratégico.
Y al acercarse el invierno ruso, las fuerzas ucranianas podrían descubrir las limitaciones de sus vehículos armados debido a que utilizan ruedas, sin cadenas.
Razoux destacó que estos vehículos son "muy eficientes" en el verano por su velocidad y agilidad, "pero cuando llegan la lluvia, la nieve y el lodo, son una pesadilla porque se ataca".
La táctica de Moscú podría ser permitir el avance de las unidades móviles y luego rodearlas cuando se atasquen, advierta. "Eso neutralizaría la reserva estratégica ucraniana", apuntó.
Rusia afirmó anoche que frustró una tentativa de incursión de un grupo de "sabotaje" ucraniano en la región fronteriza de Briansk, vecina a la de Kursk.
A hoy la ecuación de la guerra se mantiene, así como los objetivos bélicos de Putin. El abierto frente en Kursk y el vuelo de drones explosivos sobre el cielo de Moscú han sido jugadas sorprendentes y arriesgadas de Ucrania, de inciertas consecuencias.