PANAMÁ CERRÓ el paso fronterizo en el Tapón del Darién colocando alambres de púas en zonas clave de esta inhóspita selva, que han servido de tránsito para cientos de miles de personas en busca de llegar a los Estados Unidos desde América del Sur. El bloqueo hace parte de una medida notificada por el presidente panameño, José Raúl Mulino, durante su campaña y que ratificó antes de su toma de posesión esta semana, anunciando también que firmaría con Washington un acuerdo para la repatriación de los migrantes.
Pero si bien esta acción generará un “alivio temporal” en el país centroamericano, ya que, por ahora, reducirá el ingreso de personas de manera irregular a ese territorio, afectará sobremanera a cientos de miles de migrantes que huyen de las crisis humanitaria, económica y social de sus respectivas naciones y que buscan alcanzar el “sueño americano”, cruzando la espesa jungla que hoy se encuentra cerrada y custodiada por efectivos militares de Panamá.
EL NUEVO SIGLO consultó a internacionalistas expertos en el tema y a congresistas del departamento de Antioquia, una de las regiones utilizadas como punto de partido para el tránsito por el Darién, quienes aseguraron que este cierre viola los derechos humanos de los migrantes, además de generarle un problema a Colombia en materia de salubridad y orden público, ocasionado por el represamiento que ocasionará la acción de Mulino en la frontera.
El analista y profesor de la Universidad del Rosario, Germán Sahid, aseguró que el anuncio de cerrar el Darién hecho por Mulino cuando apenas era candidato surgió como una estrategia para aumentar su popularidad antes de las elecciones.
“El entonces candidato Mulino, en aras de mejorar su índice de popularidad, propuso mano dura frente a la migración, imitando la tendencia de Bukele en El Salvador. Él siente que cerrar la frontera es una medida eficiente para frenar la presión fiscal y de seguridad de Panamá”, dijo.
Manifestó que la medida le puede servir a Panamá para disminuir el flujo de migrantes que pasan por el Tapón del Darién; sin embargo, no significa que resuelva el problema. “Se podría fortalecer la ruta que sale desde San Andrés hasta Nicaragua. O incluso, por el Pacífico chocoano para llegar más arriba de Panamá. (El problema) no se resuelve, pero reduce la vulnerabilidad de Panamá en la frontera”.
Por su parte, el profesor de Derecho Internacional Universidad del Rosario, Enrique Prieto, aseguró que “la política de Panamá es, a mi juicio, contraria a los estándares mínimos de protección de derechos humanos de migrantes”.
“Claro que un Estado soberano tiene la capacidad de definir quién ingresa y quién no, pero las medidas migratorias deben respetar un mínimo de estándares de derechos humanos”, aseguró el experto en temas internacionales, quien señaló que el país centroamericano también cortó la ayuda que pueden ofrecer organizaciones internacionales a migrantes, lo que podría traducirse en un problema para esa nación. Es que, a su juicio, si una persona sale de la selva herido o enfermo, sin la asistencia médica correspondiente morirá en Panamá, generándole un problema de salud pública.
También dijo que “los alambres no detendrán la migración. Los Estados Unidos colocaron muros y la migración no ha cesado, menos en lugares tan inhóspitos (como el Darién) donde es muy fácil hacer mil acciones distintas”.
El problema es para Colombia
El senador del Partido Conservador por Antioquia, Germán Blanco, afirmó que la medida implementada por Mulino no es efectiva porque se trata de una frontera muy extensa. Por lo mismo, aseguró que, en lugar de alambres de púas, se hace necesaria una pronta regulación internacional.
“El tráfico de personas por Colombia y por Panamá tiene la finalidad última que son los Estados Unidos. Entonces necesariamente hay que involucrar al Gobierno americano, la Organización de Naciones Unidas para que se establezcan parámetros que permitan la migración organizada de muchas personas”, dijo.
El congresista habla de las repercusiones de la medida. “Eso tiene varias connotaciones: una que, si hay limitaciones bien grandes al paso, obviamente no va a haber la misma cantidad de personas queriendo intentarlo”.
Pero, además, destacó que “ante las limitaciones se abren otras posibilidades. Entonces van a seguir existiendo esas y muchas otras personas intentándolo y van a querer pasar por otros escenarios en Panamá. El problema en vez de disminuir se va a acentuar. Acá hay un problema de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario, un problema económico, un problema de situación de vida de muchas familias en muchos países, cuyo tránsito por Colombia y por Panamá desde distintos continentes, no se subsana simplemente con barreras”.
Por su parte, el representante del Centro Democrático, Hernán Cadavid, dijo a este Diario que “la medida tendrá una efectividad temporal. No podrá Mulino alambrar la selva del Darién completa. No puede ser la alambrada, sino la colaboración entre países para enfrentar fenómenos migratorios como este”.
Puntualizó que generará un “represamiento en municipios como Turbo y Necoclí, represamientos que generarán crisis humanitarias, de salud pública y orden público. El Gobierno debe prepararse para esto”.
Por su parte, el profesor Prieto, aseguró que el problema no será tanto para Colombia. “La gente encontrará la forma para pasar. El problema mayor va a ser para Panamá. Aumentará el número de intermediarios como coyotes. Habrá mayores riesgos”, destacó.
Mientras que Sahid agrega: “esta situación obligaría al Clan del Golfo, que instrumentalizan a migrantes irregulares, a desarrollar otro tipo de rutas, y empiece a generar piezas criminales con delincuencia organizada en Salvador, Honduras, Nicaragua y México para buscar otras rutas”.
Ante el bloqueo en la selva, el defensor del Pueblo, Julio Luis Balanta Mina, aseguró que, de cerrar el paso fronterizo del Darién, “aumentará el represamiento de los migrantes”, que a diario intentan cruzar la inhóspita selva.
Balanta también denunció que la restricción propuesta por José Raúl Mulino, junto al Gobierno de Estados Unidos, supone una “afectación a los derechos fundamentales” de quienes se movilizan por esa peligrosa ruta con el propósito de llegar al país norteamericano.
Darién Norte Chocoano, declarado reserva de biósfera
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) designó hoy a la región del Darién Norte Chocoano de Colombia como Reserva de Biósfera, atendiendo una solicitud en tal sentido presentada oficialmente por el Gobierno en septiembre de 2023.
El reconocimiento fue formalizado este viernes, desde Agadir, Marruecos, durante la 36° reunión del Consejo Internacional de Coordinación del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la Unesco.
“Este es un reconocimiento que completa la totalidad de las reservas que tenemos en Colombia. Ya vamos para siete. Eso significa que somos un país que tenemos un pensamiento integral y que pensamos en la salvaguarda de nuestra naturaleza y en la salvaguarda de nuestras prácticas culturales”, afirmó Catalina Ceballos, directora de Asuntos Culturales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia.
“El Gobierno nacional agradece a la Unesco por permitir que Colombia se consolide como un líder con incidencia política y conceptual en materia de reservas de biósfera y en la construcción de la Paz Total”, subrayó la Cancillería.
En un comunicado, la Unesco indica que la nueva reserva de biosfera en Colombia cuenta con una población heterogénea de 24.287 habitantes y está compuesta principalmente por pueblos indígenas y de origen afrocolombiano.