Conocedores de lucha contra narcotráfico coinciden en que esta determinación impactaría haciendo que crezca en nuestro país

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Consecuencias insospechadas en la lucha de Colombia contra los cultivos ilícitos y el narcotráfico tendría el anuncio que hizo el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en el sentido de que cesó la guerra contra el narcotráfico en su país porque la estrategia principal ya no es detener a los barones de ese negocio ilícito sino garantizar la seguridad y alcanzar la paz.

Expertos consultados por EL NUEVO SIGLO consideran que si esto se hace efectivo facilitaría el accionar de los carteles, algunos de los cuales ya tienen influencia en nuestro territorio, y la cooperación judicial entre las dos naciones se vería seriamente afectada.

En un encuentro que AMLO sostuvo con integrantes de su gabinete de seguridad explicó que “no se ha detenido a capos porque no es esa nuestra función principal; la función principal del Gobierno es garantizar la seguridad pública, ya no es la estrategia de los operativos para detener a capos (…) lo que buscamos es que haya seguridad, que podamos disminuir el número de homicidios diarios”.

El Mandatario de izquierda aseveró que “no hay guerra” contra el narcotráfico, “ya no es la estrategia detener a los capos”, afirmó. Y reiteró que “no hay guerra, oficialmente ya no hay guerra, nosotros queremos la paz, vamos a conseguir la paz”.

Las declaraciones de López Obrador llaman la atención porque México y Estados Unidos tienen acuerdos para lograr la captura de narcotraficantes como Rafael Caro-Quintero, fundador del Cartel de Guadalajara; Ismael ‘Mayo’ Zambada García, líder del Cártel de Sinaloa; Nemesio Oseguera-Cervantes, alias ‘El Mencho’, cabecilla del Cártel Jalisco Nueva Generación; y Jesús Alfredo Guzmán-Salazar, hijo de Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán.

La guerra en México contra el narcotráfico se inició en 2006 en el gobierno del presidente Felipe Calderón, privilegiando el uso de las Fuerzas Armadas. No obstante, durante este periodo el país ha vivido la peor escalada de los últimos tiempos.

Consecuencias

La ex viceministra del Interior, Viviana Manrique, indicó a este Diario sobre el anuncio del Presidente manito que “realmente tiene una incidencia muy negativa porque precisamente ese tipo de declaraciones, que de alguna manera tienen origen político en el caso de él para tranquilizar a la ciudadanía mexicana, afecta porque lo que hace es que las bandas criminales, sobre todo los grupos que están llevando droga a través de México desde Colombia, se van a relajar en cuanto al tema de controles, de registro, porque saben que México va a bajar la guardia”.

Añadió Manrique, quien hizo parte del Observatorio de Armas y Drogas Ilícitas de la Universidad del Rosario, que lo que puede suceder es que aumente el narcotráfico, se facilite la ilegalidad y que “sobre todo las bandas se sigan alimentando y pasando droga con tranquilidad para México”.

Agregó que de hecho hay presencia de carteles mexicanos en Colombia, “desde el inicio del proceso de paz con las Farc se ha aumentado las rutas del narcotráfico y la diversificación del modelo de narcotráfico hacia México con nuevas rutas, y precisamente ahora con esta nueva política de López Obrador lo que hace es facilitar el crecimiento del narcotráfico”.

Por su parte, Néstor Rosanía, director Ejecutivo del Centro de Estudios en Seguridad y Paz, dijo a este Medio que “si México baja la guardia la mecánica del narcotráfico va a aumentar en Colombia necesariamente porque va a ser mucho más fácil el transporte”.

El experto explicó que las Armadas de Colombia y México vienen trabajando de forma coordinada con operaciones conjuntas. En este sentido, reveló que estas fuerzas llegaron a la conclusión de que para combatir más efectivamente los semisumergibles, que por esta vía sale el 70% de la cocaína de nuestro país comprada por los mexicanos, lo mejor es a través de un gran trabajo de Inteligencia ejercer los controles a la salida y a la llegada de los puertos de las dos naciones, y no en alta mar “porque ellos hacen algo que se llama el ‘Arco del Pacífico’, y es que salen de Tumaco, Buenaventura o El Naya en Colombia, bajan hasta Galápagos en Ecuador y hacen un gran arco hasta llegar a las costas mexicanas” con la droga.

Consideró Rosanía “donde México llegue desde una política presidencial a bajar la guardia, eso implica menos recursos, ello significa menos capacidad operativa y menos capacidad operativa y de inteligencia quiere decir que va a aumentar el tráfico y los precios”.

Por su lado, el ex fiscal general, Mario Iguarán, dijo a este Diario que de hacerse efectivo el anuncio del Presidente mexicano “el impacto es enorme porque afecta el tema de la prevención y de la lucha misma contra la conducta del tráfico de estupefacientes y, en segundo lugar, afecta igualmente demasiado en la judicialización del narcotraficante”.

Iguarán explicó que se afecta la prevención y la lucha contra el narcotráfico porque “está demostrado que en la mayoría de los casos del tráfico de estupefacientes supone alianzas entre organizaciones criminales de colombianos con mexicanos, y para la judicialización ya no podríamos contar con la cooperación judicial de México, que mal que bien ha sido útil. Hemos tenido agentes encubiertos en México y los mexicanos en Colombia. Ha habido seguimientos que se han hecho requeridas por las autoridades judiciales colombianas en México para efectos de capturas, de incautaciones”.

Añadió el exfiscal general que “eso es facilitarle al narcotráfico su desarrollo”. 

Tendría que recapacitar

El internacionalista Vicente Torrijos le dijo a este Diario acerca de lo anunciado por López Obrador que “no pasa de ser una retórica ideologizada tendiente a transferirles las responsabilidades acerca del tema a los países que comparten un mismo sistema de seguridad hemisférica, como Colombia, Estados Unidos y Brasil.

Añadió que de materializarse este anuncio “contradice absolutamente una realidad como la mexicana que ha llevado al propio presidente López a modificar la estructura de sus Fuerzas Armadas”. No obstante, Torrijos señaló que aunque “el esfuerzo por ideologizar el tema y por transferirles responsabilidad a otros países sea un esfuerzo muy grande, tarde o temprano el propio presidente López se va a encontrar con una realidad inobjetable y tendrá que modificar esta postura que no pasa de ser coincidente la que está exhibiendo en materia internacional frente a la dictadura venezolana”.