"No dejen avanzar el socialismo", clamó el presidente argentino Javier Milei durante una convención conservadora cerca de Washington, en la que estimó que la justicia social "es una aberración".
Fue un discurso docente, en el que Milei profundizó una idea adelantada en Davos: el mundo "está en peligro" debido al socialismo.
El presidente ultraliberal, que ganó las elecciones de noviembre pasado, desmenuzó su ideología para llegar a una conclusión: "Los socialistas arruinan nuestras vidas".
El mensaje fue claro: "No avalen la regulación, no avalen la idea de los fallos del mercado, no permita el avance de la agenda asesina" del aborto y "no se dejen llevar por los cantos de sirena de la justicia social".
"Yo vengo de un país que compró todas esas ideas estúpidas" y de ser uno "de los más ricos del mundo, está en el lugar 140", afirmó a un público que le interrumpió varias veces al grito de "¡Pibe, pibe, ¡pibe!”.
Milei llegó al poder con un afán reformista. Dictó un megadecreto que modifica centenares de leyes para revertir una crisis que mantiene a más del 50% de la población en la pobreza, con una inflación anual del 211% en 2023. También devaluó el peso un 50%, liberalizó los precios y reflotó un programa crediticio de 44.000 millones de dólares con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Pero algunas de sus reformas han provocado manifestaciones de protesta y fuertes críticas de la izquierda.
"Hemos descubierto por el momento 380.000 regulaciones que traban el funcionamiento del sistema económico", afirmó ante la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC).
Afirmó haber encontrado con "grandes resistencias" contra el Decreto de Necesidad de Urgencia y la ley ómnibus "por parte de los beneficiarios" del sistema, es decir, "la casta corrupta".
La integran, según él, "políticos ladrones", "empresarios prebendarios", "medios de comunicación corruptos", "sindicalistas que se ocupan de sus negocios en contra de la gente" y "los profesionales" que "viven de defender a estos corruptos". ".
Milei defendió a ultranza del capitalismo. Se le acusa de ser "un sistema hiperindividualista" frente "al altruismo socialista con el dinero ajeno", dijo, poniendo énfasis en la palabra ajeno.
La "aberración se lleva a cabo en nombre de la justicia social", protestó.
"Como dice el gran Jesús Huerta de Soto la justicia social es violenta e injusta, o sea no es ni justa ni social, ni nada, es una aberración", recalcó citando a un economista español.
"Esto se agrava -en su opinión- con la idea de la democracia ilimitada".
"La democracia fue originalmente diseñada para respetar el derecho de la más pequeña de las minorías, el individuo, pero cuando ingresan las ideas socialistas" y la de la democracia ilimitada "aparece el populismo", expuso.
Este último dice que "hay que sacar a los ricos para darle a los pobres", como ocurre en Venezuela y en otros países latinoamericanos, insistió.
Arremetió también contra el promarxismo. Después de haber fracasado en lo económico, dijo, trasladó sus batallas de lucha de clases a otros aspectos como el ecologismo, "donde plantea la lucha del hombre contra la naturaleza".
"Culpan al ser humano del calentamiento global, cuando esto ya ha pasado cuatro veces en la historia del planeta Tierra y no vivía el ser humano", demostró el presidente.
"Para corregir este problema a los neomarxistas no se les ocurre otra cosa que exterminar a los humanos" cuando "si verdaderamente tuviéramos un problema de recursos deberíamos estar esperando colonizar otros planetas, no condenarnos a la muerte", se burló.
Milei parafraseó el lema del expresidente republicano Donald Trump "Make America Great Again" ("Hagamos a Estados Unidos grande de nuevo"), como ya hizo dos días antes el mandatario salvadoreño Nayib Bukele en la misma convención.
"No nos vamos a rendir en volver a hacer a Argentina grande nuevamente", afirmó Milei, que acabó con un alegato: "No entreguen su libertad, peleen por su libertad porque si no pelean por la libertad los van a llevar a la miseria".
"¡Viva la libertad carajo!", repitió varias veces, bajo los aplausos del público./AFP