UNA ola de críticas, procedentes tanto de sus adversarios políticos como de las élites religiosas, enfrenta el presidente iraní Hasan Rohani, quien este martes deberá dar explicaciones en el Parlamento sobre las turbulencias económicas del país, el que precisamente ayer denunció “la voluntad de Washington de "estrangular y dañar gravemente” su economía.

Tras la retirada unilateral de Estados Unidos del acuerdo nuclear y el restablecimiento de las sanciones contra Irán, la situación económica en este país se deterioró y esto debilitó la figura de Rohani, reelegido el año pasado después de su primer mandato de cuatro años.

Su intervención de hoy ante los diputados se produce después de que el Parlamento iraní forzara la destitución este domingo del ministro de Economía y el 8 de agosto del ministro de Trabajo. 

El Parlamento también tiene la competencia de deponer a Rohani. Pero este último conserva, de momento, el apoyo del Guía Supremo, el ayatolá Alí Jamenei. 

A pesar de que también le criticó por su política, Jamenei aseguró que Rohani debería terminar su mandato, que concluye en 2021. 

Criticado por todos

A pesar de su situación delicada, Rohani cuenta con el apoyo de algunos conservadores moderados, como el presidente del Parlamento, Ali Larijani. 

No obstante, los partidarios de una línea dura, que se oponían desde hacía tiempo al acercamiento a los países occidentales defendido por Rohani, acentuaron sus críticas contra el gobierno iraní después de que su posición se viera reforzada con la retirada de Estados Unidos del acuerdo nuclear. 

Este sector intentaba ayer reunir los votos necesarios para forzar la destitución de dos nuevos ministros, el de Industria y el de Transportes. 

"Tener a un presidente débil es positivo para ellos ya que beneficia las perspectivas de su corriente" para las próximas elecciones de 2021, analiza el periodista político Fereshteh Sadeghi.

Hasta ahora, Rohani se había erigido en el mejor candidato para los reformistas, tras la ola de manifestaciones en 2009 contra el presidente ultraconservador Mahmud Ahmadineyad. Con Rohani, se impusieron en las elecciones de 2013 y 2017. 

Sin embargo, según los reformistas, Rohani no respetó sus compromisos en materia de derechos civiles, especialmente su promesa de liberar a los prisioneros políticos.  Este sector no tardó en retirar su apoyo a Rohani y criticaron con dureza el ejecutivo. 

Rohani se impuso en las dos últimas elecciones presidenciales y con su gobierno aumentaron las inversiones extranjeras y el acuerdo nuclear fue visto inicialmente como un acierto internacional. 

Pero tras la retirada de Estados Unidos, que amenaza seriamente el futuro de este pacto, el malestar crece entre la población local. 

Numerosos iraníes de clase alta intentan emigrar, mientras que en las zonas más modestas del país se produjeron huelgas y manifestaciones, que en algunos casos desembocaron en concentraciones violentas. 

Demanda en CIJ

Entre tanto, Irán pidió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que suspenda las sanciones estadounidenses, y denunció la voluntad de Washington de "estrangular" y dañar "gravemente" a la economía iraní.

Al iniciarse ante la sede de la CIJ en La Haya el estudio de una demanda de Irán para que se levanten esas sanciones, la delegación iraní pidió que se trate el caso con "extrema urgencia", debido a las "dramáticas consecuencias" sobre su economía.

Esas sanciones de Washington incluyen un bloqueo a transacciones financieras y a las importaciones de materias primas, así como medidas lesivas para la compra en el sector automotor y de la aviación comercial.

"Estados Unidos propaga públicamente una política cuyo objetivo es dañar lo más gravemente posible la economía iraní, y a las empresas y los ciudadanos iraníes", fustigó el consejero jurídico y agente de la delegación de la República Islámica, Mohsen Mohebi.

La divisa iraní, el rial, ha perdido cerca de la mitad de su valor desde abril.

Ante los 15 jueces de la CIJ -principal órgano judicial de la ONU- la delegación de Irán, que interpuso una demanda contra Washington en julio, aboga por el levantamiento temporal de las nuevas sanciones estadounidenses, antes de que la Corte se pronuncie sobre el fondo del caso.

Las audiencias deben durar cuatro días. La CIJ podría decidir en dos meses sobre esta demanda de levantamiento temporal, pero una decisión final sobre el fondo del caso podría llevar años.