El primer ministro británico David Cameron inició una gira relámpago por capitales europeas para convencer a sus socios de reformar la Unión Europea y defender el sí en el referéndum británico sobre la pertenencia al bloque.
Cameron se reunió el jueves en La Haya con el primer ministro holandés Mark Rutte antes de viajar a París para cenar con el presidente François Hollande.
El viernes estará en Varsovia para reunirse con la primera ministra Ewa Kopacz y luego viajará a Berlín para un almuerzo de trabajo con su homóloga alemana Angela Merkel.
La gira coincide con el anuncio del proyecto de ley que permitirá el referéndum y que incluye la pregunta a la que responderán los británicos: "¿debe el Reino Unido seguir siendo miembro de la Unión Europea?".
No hay fecha exacta para el referéndum, pero se sabe que tendrá lugar antes de que acabe 2017.
Cameron sostiene que la UE ha crecido mucho y se ha arrogado demasiados poderes, y reclama la devolución de competencias a Londres para apoyar que siga perteneciendo al bloque.
Los conservadores, en cuyo seno hay una fuerte corriente antieuropea, culpan a Bruselas del aumento de la inmigración y quieren poder imponer límites, tanto a las llegadas como a los derechos a cobrar subsidios de los recién llegados, algo que cuestionaría los principios de libre circulación y de no discriminación que rigen en la UE.
Cualquier enmienda a los tratados europeos tendría que ser votada en referéndum a su vez en varios países, algo que los socios europeos no parecen dispuestos a aceptar.
David Lidington, secretario de Estado para Europa del ministro británico, no quiso especificar este jueves qué cambios quiere exactamente Cameron, pero admitió que requerirían cambios en los tratados.
"Mi consejo a mi jefe es no hacer pública de ningún modo la posición negociadora completa porque no es lo adecuado", explicó Lidington.
En cualquier caso, continuó, "la evaluación de nuestros abogados y otros asesores es que algunos de los elementos de reforma que consideramos esenciales requerirían cambios en los tratados".
- Quieren jugar al rugby cuando estábamos jugando al fútbol -
El ministro francés de Relaciones Exteriores, Laurent Fabius, mostró reticencias a los planes británicos.
"Estamos abiertos a mejoras, todo el mundo está de acuerdo en que hay cosas que se podrían simplificar, pero si de trata de desmembrar la UE, no será posible", dijo Fabius a la radio France Inter.
"Los británicos están acostumbrados a los clubes. En este caso se unieron a un club de fútbol, no podemos decir a medio partido que ahora vamos a jugar al rugby", aseguró.
Fabius insinuó además que las concesiones a Londres podrían servir de poco.
"Veremos qué pide Cameron. Pero la población británica está tan acostumbrada a oír que la UE es algo malo, que el día que le consulten puede acabar diciendo 'nos dijistéis que era algo malo'".
Su par británico, Philip Hammond, advirtió de que ganará el no si no hay concesiones.
"El primer ministro es muy claro con sus pares europeos que si no somos capaces de ofrecer resultados en estos aspectos que preocupan a los británicos, no ganaremos el referéndum", dijo en una entrevista con BBC Radio.
En la cumbre de líderes europeos de Riga de la semana pasada, Cameron admitió que espera "altibajos" en las negociaciones y que no lo recibieron "con mucho amor".
La Cámara de los Comunes podría empezar a debatir el proyecto de ley pronto y votarlo hacia el 9 de junio.
Con mayoría absoluta, los conservadores no deberían tener ningún problema en hacer que se convierta en ley.
- Contactos con los líderes de los 28 países de la UE -
Los contactos de esta gira son los primeros de una larga serie. Cameron pretende hablar con todos los líderes de los 28 países del bloque antes de la cumbre del mes que viene en Bruselas en la que se debatirán las propuestas británicas.
"La presentación del proyecto de ley del referéndum de la UE es un paso concreto para resolver el debate de la pertenencia del Reino Unido a la Unión Europea", dijo un portavoz de Cameron.
"Allanará el camino para que los británicos tengan la palabra sobre nuestro lugar en la UE por primera vez en 40 años", agregó, refiriéndose al referéndum de 1975 sobre el ingreso al bloque.
"Hace dos años, el primer ministro se comprometió a ofrecer a los británicos una elección muy simple en un referéndum de la UE", añadió.
Además, "dejó claro que no se haría sobre la base del statu quo sino a partir de una relación reformada con la UE que el primer ministro está decidido a lograr", sentenció el portavoz.