La construcción del viaducto de la Primera Línea del Metro de Bogotá (PLMB) se perfila como un proyecto monumental destinado a transformar la movilidad y la infraestructura urbana de la ciudad. Previo a abordar el proceso constructivo, es esencial comprender la complejidad del suelo bogotano, que ha sido evaluado meticulosamente para garantizar la estabilidad y durabilidad del viaducto.
Bogotá, con una variedad de suelos, ha sido objeto de un análisis detallado por sectores para determinar su estado y composición. Este análisis resulta fundamental para calcular la profundidad a la cual deben hincarse los pilotes a lo largo de los 24 kilómetros de la PLMB, asegurando así una base sólida y resistente.
El inicio de la construcción tiene lugar bajo tierra con la instalación de pilotes, elementos cruciales para soportar la estructura del viaducto y las estaciones. En este proceso, se emplean dos tipos de pilotes: los preexcavados, fabricados in situ mediante una máquina que perfora el suelo para luego verter el concreto, y los pilotes PHC, hincados a presión con equipos provenientes de China, fabricados previamente en el taller de Bosa y transportados a los distintos puntos de obra.
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La siguiente fase implica la conexión de los pilotes con zapatas, piezas fundamentales construidas in situ con una estructura de acero de refuerzo y concreto. Una vez completadas las zapatas, se inicia la construcción de las columnas o pilas del viaducto, fabricadas con acero de refuerzo y concreto fundido en el lugar, con diámetros que oscilan entre 2,5 y 3 metros y alturas que pueden superar los 18,5 metros.
Posteriormente, se erige la viga capitel sobre las columnas, utilizando formaletas o moldes donde se vierte el concreto, y que también cuenta con refuerzo de acero. Esta viga capitel albergará los elementos necesarios para conectar y soportar las vigas U del viaducto, la última estructura que se instala en el proceso.
Las vigas U, fabricadas con antelación en el taller de Bosa, representan la pieza final del rompecabezas. Sobre estas vigas transitarán los trenes del Metro, cerrando así el ciclo de construcción del viaducto de la PLMB.
Este proceso ingenieril de precisión, que integra tecnología local y extranjera, está destinado a cambiar la faz de Bogotá durante los años en que se llevará a cabo esta megaobra. La Primera Línea del Metro de Bogotá no solo promete revolucionar la movilidad, sino también dejar una huella imborrable en la ingeniería y desarrollo urbano de la ciudad.