![Armando Novoa. Armando Novoa.](/sites/default/files/2025-02/arando.png)
El gobierno colombiano empezó un nuevo ciclo de diálogos con grupos armados, esta vez con la 'Coordinadora Nacional del Ejército Bolivariano'. Este proceso se suma a los esfuerzos del oficialismo para consolidar la paz en el país, después de décadas de conflicto armado.
“A partir de hoy y hasta el próximo miércoles, las delegaciones de la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano y Gobierno nacional estaremos reunidas en Bogotá dándole curso a una nueva ronda de diálogos tendientes a lograr un acuerdo de paz”, señaló Armando Novoa, jefe de la delegación de Gobierno.
Esta ronda tiene como objetivo principal analizar los avances y compromisos pactados desde diciembre pasado. En ese entonces, se logró un acuerdo significativo donde la coordinadora se comprometió a sustituir dos mil hectáreas en Nariño y mil hectáreas en Putumayo.
Según Armando Novoa: "Hasta el 12 de febrero daremos curso a una nueva ronda de diálogos... En diciembre logramos un acuerdo importante sobre sustitución en Nariño y Putumayo".
Explicó que este encuentro servirá para establecer un cronograma que “permita identificar los puntos de acuerdo de un posible consenso para la paz en el departamento de Nariño”.
"Toda iniciativa que vaya en la dirección de proteger a la comunidad de la situación de violencia en los territorios es bienvenido y debe ser examinada por nuestra delegación y la consejería de paz del gobierno. Nosotros hemos concebido este proceso no solo como un proceso de dialogo sino como un proceso de inserción a la democracia plena", explicó Novoa en relación de un eventual unión en los diálogos junto con el frente 'Comuneros del Sur' del Eln.
El gobierno colombiano ha estado involucrado en varios procesos de paz desde hace años. Uno de los más destacados fue el acuerdo logrado con las FARC-EP en 2016 durante el gobierno de Juan Manuel Santos. Sin embargo, nuevas disidencias han surgido desde entonces, complicando aún más el panorama.
eEte nuevo ciclo marca un momento esperanzador pero también desafiante para Colombia. El éxito dependerá tanto del compromiso mutuo como del apoyo internacional. La experiencia reciente muestra que estos procesos requieren paciencia y flexibilidad.