Cuatro escenarios de polémica asistencia de Colombia a posesión de Maduro | El Nuevo Siglo
Colombia podría padecer severas repercusiones ante la posible asistencia a la posesión de Nicolás Maduro el 10 de enero. / Coljuegos - Minambiente - Casa Blanca - AFP
Viernes, 3 de Enero de 2025
Redacción Política

Riesgoso aval a dictadura Maduro (Petro)

A menos de una semana para la posesión presidencial en Venezuela, el gobierno Petro se enfrenta a un tenso panorama que, según qué determinación sea tomada por el presidente, tendrá repercusiones en el país. En los últimos días ha tomado fuerza la posibilidad de que Colombia sí tenga representación en la posesión de Nicolás Maduro, todo tras las declaraciones del vicecanciller Jorge Rojas, quien aseguró que Milton Rengifo, actual embajador en Venezuela, asistiría a este evento.

Evidentemente las palabras del vocero colombiano tuvieron reacciones inmediatas, siendo en su mayoría un señalamiento contra la determinación, pues con ello se sentaría un “grave precedente”. “Si el gobierno de Colombia acompaña a Maduro el 10 de enero, lo vuelve cómplice de la dictadura”, dijo en su momento la representante Katherine Miranda. Asimismo, Efraín Cepeda, presidente del Senado, puntualizó que “llena de vergüenza que un país democrático vaya a apoyar una dictadura, un régimen que se robó las elecciones”.

Y es que, a pesar de que tanto Luis Gilberto Murillo, canciller de Colombia, y el propio presidente Petro han recalcado que ante la falta de las actas electorales no habría reconocimiento a Maduro, analistas y políticos apuntan que la representación colombiana en el evento del 10 de enero a realizarse en Caracas es una forma de aceptación y reconocimiento a una dictadura.

En su momento el expresidente Iván Duque también puntualizó en este hecho, pidiendo a la actual administración abstenerse de enviar tan siquiera un funcionario a esta posesión. Incluso, el también exmandatario Ernesto Samper pidió al Gobierno no tomar postura ni a favor de Maduro ni de Edmundo González, mientras que Andrés Pastrana, además de asegurar una posible legitimación de la dictadura en Venezuela, le aconsejó a Murillo dejar su cargo, puesto que “apoyar a las dictaduras es la peor decisión política e histórica”.

Salvaguardar la relación Estado-Estado

En un panorama centrado en la diplomacia, el canciller Murillo ha sido firme en su postura sobre el privilegio de las relaciones estatales, diferentes a los lazos entre gobiernos, debido a los efectos colaterales que tendría una ruptura total de relaciones. Su afirmación surge pensando específicamente en la migración, la seguridad fronteriza y en las secuelas que pueda dejar en la economía de los dos países ante las marcada relaciones económicas.

“Yo he dicho que mi preferencia ha sido que no haya asistencia, pero hay un tema técnico relacionado con el hecho de que mantenemos una relación de Estado a Estado”, afirmó el canciller, quien agregó que “el no reconocimiento no implica la ausencia de esa relación, que es muy importante para el país. Hay una línea de recomendación técnica que sugiere que, por tener una relación diplomática, debe asistir el embajador”.

La postura igualmente ha encontrado críticas y señalamientos. Es por ello que Pastrana pide su salida, pues sería legitimar la dictadura, así como el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, quien sostuvo que “Gustavo Petro y su canciller, Luis Gilberto Murillo, no deben ir al fraude de posesión del dictador y tampoco enviar delegación diplomática como lo han anunciado. Es una vergüenza”.

En este sentido, el Congreso de la República también ha solicitado que, más allá de la diplomacia y relaciones, Colombia no debe tener presencia en el evento de Maduro. “Realmente, avalar ese tipo de acciones preocupa mucho sobre la actitud futura del gobierno actual y, por supuesto, rechazamos esa postura y esa presencia en la posesión de un presidente que usurpó el poder en las elecciones anteriores”, se dijo en la Cámara de Representantes, tras avalar una proposición en la que se solicitaba a Petro y su gabinete no asistir y/o enviar a algún funcionario a la posesión.

Colombia entraría al grupo ‘paria’ que apoya dictaduras 

El espectro internacional también resulta clave para el país de acuerdo con la determinación de Petro. La asistencia a la posesión de Nicolás Maduro implicaría, ante los ojos del mundo, un reconocimiento a la dictadura, más aún cuando desde el Ministerio de Relaciones Exteriores no se ha contemplado la posibilidad de reconocer a Edmundo González como presidente electo de Venezuela.

Esto, además de significar un golpe a la imagen internacional de Colombia, que ganó fuerza como líder de la lucha contra el cambio climático tras la COP16, le incluiría en un reducido grupo de ‘parias’ que apoyan las dictaduras, y que, además, se encuentran casi que marginados de las conversaciones claves en el mundo.

Rusia lidera este grupo de países, acompañado de China y Cuba, los tres aliados principales de Maduro desde su llegada al poder y con quienes ha forjado una relación diplomática y económica muy fuerte. Asimismo, Irán sería otro de los integrantes de este grupo, junto con Nicaragua, país al que Petro sí ha criticado abiertamente por su violación a los derechos humanos.

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PETRO

En esta línea, un inminente reconocimiento llevaría a una tensión de relaciones con países “hermanos” como Chile, donde Gabriel Boric afirmó meses atrás que “Chile no reconoce este falso triunfo autoproclamado de Maduro y compañía”. Igual pasa con España, donde Pedro Sánchez condenó “de manera rotunda la destrucción de las libertades democráticas que se está produciendo en Venezuela”.

Entre tanto Claudia Sheinbaum, presidenta de México, también ha guardado distancias sobre lo que podría ser su asistencia a la posesión de Maduro, y si bien enviaría una comitiva encabezada por el embajador en ese país, también se centra en el no reconocimiento de Maduro como presidente venezolano.

Riesgo alto de cortocircuito con Estados Unidos

Finalmente, un cuarto escenario, vital para Colombia, sería la relación con los Estados Unidos. Al igual que en el plano internacional, la presencia colombiana en este acto representaría para la Casa Blanca un respaldo a Nicolás Maduro. No obstante, cabe señalar que diez días después del evento en Caracas, Donald Trump regresará al mando en Washington, con una política proteccionista a los intereses estadounidenses más agresiva que en su primer mandato.

Si bien el gobierno Biden dio reconocimiento a Edmundo González, a través de Antony Blinken, y por ende desconoció a Maduro como presidente, la política con Trump podría tener dos vertientes. El primer escenario se centraría en un recrudecimiento de las sanciones económicas a Venezuela, especialmente en el petróleo y el oro, hecho que ya inició la Cámara de Representantes de ese país tras la aprobación de la Ley Bolívar, que impediría a cualquier agencia ejecutiva celebrar contratos para la adquisición de bienes o servicios con personas o entidades que se determine participan deliberadamente en operaciones comerciales significativas con el régimen de Nicolás Maduro.

El segundo, tal como lo anunció el mismo Donald Trump, cerraría el “grifo” con este país. “No tenemos por qué comprar energía a Venezuela cuando tenemos 50 veces más que ellos. Es una locura lo que estamos haciendo. No descansaremos hasta que Estados Unidos sea más rico, más seguro y más fuerte que nunca antes”, apuntó el electo presidente.

Para Colombia significaría entonces enviar un mensaje de aprobación y la agudización de una brecha ya existente entre el gobierno Petro y Trump, quien tiene en la mira a los países sudamericanos por ideologías y/o “comportamientos” que puedan afectar directa o indirectamente los intereses estadounidenses.