Hay que masificar uso del gas natural y propano: Ballesteros | El Nuevo Siglo
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Viernes, 3 de Enero de 2020
Redacción Política

Congresista impulsa proyecto que complementa el uso residencial, industrial y automotor de ambos combustibles

 

EL NUEVO SIGLO: ¿De qué trata la iniciativa?

EDWIN BALLESTEROS: Esta iniciativa va de la mano de lo planteado en su momento por el Plan Nacional de Desarrollo del presidente Iván Duque. Este energético le va a servir muchísimo a la producción limpia del país y estamos seguros que cuenta con todo el respaldo de los partidos, tal como lo expresaron en las comisiones en el primer debate de este proyecto. Lo que queremos es que el gas combustible se convierta en un aliado en la movilidad limpia, en ese complemento que necesita la movilidad eléctrica.

Es la primera vez que el gas natural y el GLP (gas licuado del petróleo) van de la mano buscando la confiabilidad y la protección en los subsidios que se requieren para que más de 1.600.000 familias que hoy cocinan con leña, más de 78.000 familias que hoy cocinan con carbón y con leña, puedan tener de una vez por todas una solución ambientalmente sostenible, pero que las proteja y les dé la tranquilidad, para que no tengan enfermedades pulmonares que hoy afectan la vida de los colombianos.

Queremos que esta sea una alternativa de competitividad para el sector residencial y el sector industrial, esto último porque generar a través del gas combustible resulta mucho más económico para nuestros empresarios.

ENS: ¿Cuál es la diferencia entre GLP y gas natural?

EB: El GLP lo conocemos comercialmente como las pipetas de gas que reciben quienes no tienen las conexiones de gas domiciliario. Esas pipetas que están clasificadas por libras y que los colombianos que viven en el Caquetá, el Putumayo y otras zonas del país dependen de este combustible. En mi departamento el 7% de la población santandereana hoy consume este tipo de combustible. Este gas es producto de un proceso industrial de extracción que se hace en la extracción de hidrocarburos.

ENS: ¿Cómo llevar este combustible a más hogares?

EB: Hay dos alternativas. Primero, incentivamos que se generen proyectos para conectar a los colombianos que no tienen gas natural, principalmente en la Colombia rural.

Además, sabemos que hay lugares donde esa infraestructura es muy difícil de construir, por eso queremos que a través del Estado se lleven esas pipetas con un precio especial a los hogares que aún cocinan con leña, que son más de 1.600.000 familias.

ENS: Más allá de la sustitución, ¿qué otros beneficios tiene este proyecto?

EB: Nuestro propósito fundamental es garantizar el abastecimiento y la oferta de gas combustible en todo el país. No es posible que en el campo se siga utilizando leña como método de generación de energía. Ligado a esto se debe implementar el programa de sustitución de leña, carbón y residuos por gas combustible.

Con esta ley el Gobierno deberá priorizar aquellos proyectos que hagan uso de gas combustible para la generación de energía eléctrica. Y además adelantar la declaratoria de interés nacional y estratégico a la masificación del gas natural, autogás y nautigás, como combustibles automotores.

Nuestro objetivo es que se generen incentivos y se propongan acciones que promuevan el uso de gas combustible en el país, como estímulos a la conversión de los vehículos e iniciativas al uso de vehículos dedicados en diversos sectores, como el transporte de carga y escolar.

ENS: ¿Qué relación tiene este proyecto con los objetivos de cambio climático?

EB: El principal reto que afronta el país en materia energética es el de garantizar el abastecimiento y la continuidad en el suministro de combustibles, especialmente bajo el escenario de pérdida de autosuficiencia en hidrocarburos, junto a una coyuntura internacional en la que deben asegurarse las medidas necesarias para dar cumplimiento a los compromisos adquiridos en la COP 21.

En consecuencia, para poder mejorar calidad de vida de muchos colombianos y lograr cumplir con los compromisos adquiridos con el ambiente hacía falta la herramienta legislativa que permitiera la transitoriedad efectiva de nuestra matriz energética hacia una con combustibles con menor contenido de carbono, como los gases combustibles (gas natural y gas licuado del petróleo).