El presidente Gustavo Petro se enfrascó en una nueva disputa con el fiscal Francisco Barbosa, esta vez en relación con los jóvenes de Primera Línea. Barbosa había advertido que estos jóvenes no podrían salir de prisión, alegando que "los victimarios no pueden estar por encima de las víctimas". En respuesta, Petro enfatizó que considera a estos jóvenes como víctimas del Estado y no como victimarios.

En un tono desafiante, el mandatario colombiano, desde Dubái, rechazó la posición de la Corte Constitucional sobre la ley de paz total, destacando que los jóvenes de Primera Línea nunca estuvieron en guerra. Petro expresó su gratitud hacia la Corte Constitucional por respaldar la posibilidad de implementar una política de paz, pero insistió en que estos jóvenes "nunca debieron estar presos".

"Los jóvenes de primera línea y de segunda y de tercera, y más allá no son victimarios, son las víctimas de un estado que no solo les quitó ojos y los encarceló por miles sino porque los dejó sin educación y sin oportunidades", subrayó el presidente. Además, Petro hizo un llamado a la no criminalización de la protesta social en un Estado Social de Derecho, argumentando que es esencial preservar el derecho a expresarse.

La respuesta de Petro no solo desafía la posición de Barbosa sobre la recaptura de los integrantes de la Primera Línea, sino que también resalta la complejidad de la situación, donde la interpretación de la ley de paz y la clasificación de los manifestantes como víctimas o victimarios sigue siendo un tema candente en la agenda política colombiana. La controversia persiste, dejando en el aire preguntas sobre la relación entre la justicia, la protesta social y el papel del Estado en la protección de los derechos de los ciudadanos.