El Gobierno nacional intentó llevar a cabo una reforma a la salud, que se hundió en el Congreso, como consecuencia de ello se produjo la intervención de las EPS Sanitas y Nueva EPS, dejando en vilo a millones de usuarios que pertenecen a estas empresas prestadoras del servicio. Días después, Compensar EPS pidió voluntariamente su liquidación. Dadas las circunstancias, EL NUEVO SIGLO habló con los directamente afectados en medio de esta complicada situación.
Dary Farfán, EPS Sanitas
Dary Farfán es una paciente de 40 años con hipertensión pulmonar (diagnosticada hace 10 años, pero intervenida quirúrgicamente cuando tenía cuatro). Ella padece de cardiopatía y hace parte del programa de EPS Sanitas que atiende al grupo poblacional con dicha especialidad. En conversaciones con EL NUEVO SIGLO expresó su descontento con el proceder del presidente Gustavo Petro respecto a la EPS, pues señaló que le “falta humanidad”.
“Él no está siendo coherente con los pacientes que somos de alto costo. A raíz de eso hay consecuencias. Ahorita nos están prestando los servicios, pero si hay una intervención y quitan a la EPS, no sé para dónde voy a ir. Es como esa zozobra de qué va a pasar”, indicó la usuaria.
“A mí me da miedo que no sigan entregando todos los medicamentos, que lleguen a faltar en algún momento”, agrega. La situación le genera ansiedad e incertidumbre, ya que las medicinas son vitales para su sobrevivencia.
Dary señala que la EPS Sanitas estuvo pendiente de su salud de manera especial durante la pandemia del covid-19 e incluso le fue asignada una unidad médica que asistió a su casa, pues el virus también la tocó de cerca: “Vinieron, me visitaron, me entregaron un termómetro y un oxímetro. Me explicaron cómo tenía que llevar una lista con mis síntomas a diario”.
La paciente desarrolló fibromialgia (“que es por el manejo de las emociones; para mí no ha sido muy fácil manejar esto”), dado que llegó a sentir que iba a morir. Por lo tanto, inició un proceso con psicología, así como también la EPS le brindó un tratamiento de medicina alternativa, como acupuntura e hidroterapia. Pero, tras la intervención del Gobierno, desconoce si continuará recibiéndolos como ha venido sucediendo.
De otro lado, pese a que le cambiaron el lugar en el que le hacían el cateterismo –que antes era la Fundación Cardioinfantil, pero al terminar el convenio la reasignaron a la Clínica Colombia–, asegura que “ha sido bueno, siempre tengo mis cirugías y todo en tercer nivel”.
Los hospitales de esta categoría son aquellos que tienen la capacidad de atender pacientes con problemas de salud complejos, que requieren de equipos médicos de tecnología avanzada.
La señora Farfán indica que, sumado a lo anterior, tiene un pólipo y requiere de una polipectomía. Dicha intervención quirúrgica está programada para el mes de mayo, pero de aquí hasta que llegue la fecha se pueden presentar más cambios debido al complejo panorama de la EPS Sanitas, algo que la inquieta.
Alejandrina Lozano, Nueva EPS
Con 91 años, Alejandrina Lozano es una de los pacientes con hipertensión de Nueva EPS. Sus familiares aseguran que ha sido atendida desde hace varios años en Bosa, localidad en la que reside, por lo que los médicos ya la conocen y han seguido de cerca su historial clínico.
Así mismo, señalan que la intervención del Gobierno a dicha prestadora les genera inquietud, pues temen que en algún momento se llegue a cambiar el centro médico en el que es atendida la adulta mayor, algo que pone en riesgo su vida, pues debido a sus condiciones de salud no puede hacer traslados extensos.
“Los tratamientos normalmente los recibe cada mes, por la edad y todo, como siempre; le renuevan las órdenes para suministrarle la medicina que le regula la tensión y mantiene su salud estable", afirmó a EL NUEVO SIGLO Cristian Góngora, nieto de la señora Alejandrina.
El familiar de la paciente sostiene que esta enfermedad crónica le es tratada “principalmente con pastillas”, que le son prescritas para continuar con el tratamiento que requiere, una vez asiste a las citas médicas.
Entre los medicamentos que le dispensan mensualmente se encuentra la atorvastatina. Sin embargo, su nieto es enfático en que muchas veces no le entregan la cantidad recetada de las medicinas que necesita, por lo que deben usar recursos propios para que no le falten.
Góngora no ocultó su inseguridad por el futuro de la EPS a la que está afiliada su abuela, pues es consciente de que habrá cambios en la administración de la misma y, en gran medida, el bienestar de su familiar depende de la situación del prestador.
Efraín Sánchez, Compensar
Efraín Sánchez padece de apnea del sueño severa, una enfermedad que hace que su respiración se pause por algunos periodos y luego regrese.
Luego de varios estudios en la Clínica Neumológica y de visitar al otorrino de Compensar, el diagnóstico que recibió revelaba que era "necesario hacer una cirugía, porque tengo el tabique desviado. Y que eso podría ayudar a que entrara el aire por la noche –especialmente–, cuando uno duerme”, explicó el paciente en diálogo con EL NUEVO SIGLO.
Sánchez afirma que ya ha tenido varias citas con los especialistas, así como exámenes y evaluaciones de profesionales desde el año pasado y la conclusión es que necesita la intervención quirúrgica, la que, luego de varios meses, fue programada para el pasado 12 de abril.
Pero el calvario apenas comienza, pues el paciente expresó: “Preciso el viernes 5 de abril, cuando Compensar declaró la liquidación voluntaria (a la Supersalud), me enviaron un correo que decía ‘retiro de operación voluntaria’. Obviamente es por parte de ellos, porque yo nunca he firmado ningún documento. Vengo hace mucho tiempo peleando por esta cirugía y se ha pospuesto por diferentes motivos”.
“Me llaman del hospital a decir que la cancelan porque supuestamente Compensar no dio la orden. Y aquí, yo creo, pueden pasar dos cosas: Compensar puede que no esté dando autorizaciones esperando a ver qué va a pasar con la decisión que tomó, o que los hospitales, las IPS, no quieran atender a pacientes de Compensar. Entonces estoy en ese dilema, que no sé quién es el que no quiere hacer el tratamiento”, aseveró el paciente.
Sánchez, tras recibir la llamada del hospital, tuvo que acercarse al punto de atención para confirmar su cirugía, en donde le indicaron que el procedimiento estaba programado sin alteraciones.
A su vez, puntualizó que el tiempo de espera para ser atendido con normalidad se extendió, pues antes podía ocuparle unos 30 minutos, pero luego del anuncio de la liquidación, le llevó más de dos horas. El hombre de 42 años es otro de los usuarios que están a la expectativa de lo que sucederá con su tratamiento médico.