PANAMÁ HA anunciado una iniciativa para combatir la degradación ambiental en el tapón del Darién, pero el arraigo de los grupos criminales en la región dificultará la aplicación de estas medidas.
El ministro de medio ambiente panameño, Juan Carlos Navarro, anunció el 13 de septiembre nuevas medidas para proteger el Parque Nacional del Darién, que forma parte de una franja de 100 kilómetros de selva entre la frontera de Panamá y Colombia y es uno de los pasos de migrantes más transitados de América.
“La deforestación, la contaminación y la alteración de los ecosistemas son algunos de los efectos más graves provocados por la migración masiva no planificada”, afirmó Navarro.
En el lado colombiano del Darién, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), uno de los grupos criminales más poderosos de Colombia, se han beneficiado del gran número de migrantes y cobran una cuota a los negocios que se lucran de los migrantes, como hoteles, restaurantes y compañías de barcos.
La situación en el lado panameño del Darién es también caótica, con pequeñas pandillas panameñas que aprovechan la vulnerabilidad de los migrantes para secuestrarlos y robarlos.
Navarro anunció que el Gobierno ha empezado a crear rutas migratorias controladas para limitar el impacto ambiental de la migración a zonas específicas, al tiempo que ha puesto en marcha proyectos de reforestación, recogida de basuras y desarrollo rural.
Más tarde, el presidente de Colombia, Gustavo Petro, dijo públicamente que su gobierno ayudaría en esos esfuerzos.
El aumento de la inseguridad en América Latina y el Caribe y más allá, así como la falta de oportunidades de migración regular, han empujado a un número cada vez mayor de migrantes a través del Darién. Según datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd), en 2023 pasaron por la zona más de 500.000 migrantes, una cifra récord.
Análisis InSight Crime
Los grupos criminales con sede en el Darién, por su implicación en el tráfico de migrantes y los delitos ambientales, representan un obstáculo significativo para las nuevas medidas de conservación de Panamá.
La medida de crear rutas migratorias controladas para limitar los daños ambientales podría poner a los migrantes en mayor peligro. Las pandillas panameñas que se dedican a extorsionar, robar y secuestrar a grupos de migrantes podrían dar en el blanco más fácilmente si se canaliza a los migrantes a través de rutas planificadas.
Además, es posible que los grupos criminales no permitan a los migrantes utilizar las rutas controladas por el Gobierno. En el lado colombiano de la frontera, las AGC han creado rutas específicas para los migrantes y castiga a quienes intentan cruzar fuera de ellas. Esto ha hecho que la migración sea más rentable para el grupo, ya que pueden cobrar precios más altos y asegurarse de que todos los proveedores de servicios paguen.
Para evitar un fenómeno similar en el lado panameño, las autoridades tendrán que aumentar la seguridad de los migrantes junto con las nuevas medidas de conservación, pero los detalles sobre las medidas de seguridad siguen sin estar claros.
Otros delitos ambientales en el Darién panameño, especialmente la minería ilegal, suponen un reto adicional para los objetivos de conservación. Las autoridades han descubierto varias explotaciones mineras ilegales que contaminan el ecosistema circundante, algunas de las cuales estaban controladas por la AGC.
Programa de limpieza
“Tenemos que poner orden en estas áreas, terminar con ese tráfico (de migrantes) lo antes posible y limpiar la naturaleza, limpiar el Parque Nacional de Darién para restaurarlo a su estado natural”, señaló el ministro de Medio Ambiente, Juan Carlos Navarro.
“Estamos por ahora en las primeras etapas de planificarlo, yo quisiera que lo pudiéramos hacer cuanto antes”, dijo Navarro a la AFP sobre el plan para esta selva en la frontera entre Colombia y Panamá, considerada un pulmón de Centroamérica.
El proyecto, según Navarro, incluye limpieza y restauración ambiental de la zona dañada, además de un “apoyo económico” a las comunidades locales. Según el ministro, la limpieza se financiaría con tres millones de dólares que aportaría Estados Unidos.
Ambos países suscribieron un acuerdo el 1 de julio mediante el cual Washington se comprometió a proporcionar seis millones de dólares para frenar la migración por el Darién.
Esta selva de 575.000 hectáreas de superficie, con vegetación espesa y gran variedad de especies de flora y fauna, se ha convertido en un corredor para miles de migrantes que tratan de llegar a Estados Unidos.
En 2023, más de 520.000 migrantes pasaron por esta jungla, pese a peligros como ríos caudalosos, animales salvajes y grupos criminales. Este año han atravesado la selva 200.000 personas, en su mayoría venezolanos, según estimaciones oficiales panameñas.
La policía fronteriza panameña informó este jueves de la muerte de 10 migrantes ahogados en un río en una comarca indígena caribeña cercana a la frontera colombiana. El presidente panameño, José Raúl Mulino, dijo días antes de asumir el mando el 1 de julio, que en el Darién había una “contaminación gigante” por “toneladas, toneladas y más toneladas de basura”.
Navarro lamentó la “injusticia ambiental cometida con estas poblaciones indígenas y autóctonas de Darién (...), donde estos migrantes tiran toda la basura del mundo”. “Ríos que eran un oasis natural” ahora son “aguas contaminadas por heces fecales, hasta por cadáveres”, concluyó.
Darién Norte Chocoano
A principios de septiembre, el Ministerio de Relaciones Exteriores celebró la declaratoria de la séptima Reserva de Biosfera en el país: el Darién Norte Chocoano, ecosistema transfronterizo, con límites bioculturales que conectan con una reserva panameña, en la que se registra un constante flujo migratorio que supone diversos retos de atención humanitaria y de movilidad humana segura, ordenada y regular. Este reconocimiento permite que Colombia se consolide como un líder con incidencia política y conceptual en materia de Reservas de Biosfera y en la construcción de paz.
Este anuncio se dio en Agadir, Marruecos, en el marco del 36° Consejo Internacional de Coordinación (CIC) del Programa Sobre el Hombre y la Biosfera (MAB) de la Unesco, espacio que contó con la participación de una delegación encabezada por la directora de Asuntos Culturales de la Cancillería, Catalina Ceballos Carriazo, y el director de Codechocó, Arnold Alexander Rincón López.
“Recibimos el reconocimiento de la Biósfera Darién Norte Chocoano. Es un honor haber representado a las y los colombianos. Este es un reconocimiento que completa la totalidad de las reservas que tenemos en Colombia, ya son siete, y eso significa que somos un país que tiene un pensamiento integral y que pensamos en la salvaguarda de nuestra naturaleza y en la salvaguarda de nuestras prácticas culturales”, aseguró la directora Catalina Ceballos Carriazo.
Es importante recordar que a finales de octubre del año pasado, la Procuraduría General de la Nación le pidió a la ministra de Ambiente y Desarrollo Sostenible y al ministro de Relaciones Exteriores, informar las acciones que el Gobierno nacional está implementando para dar solución a la problemática ambiental que se ha evidenciado en los últimos meses en la frontera entre Colombia y Panamá como consecuencia de la migración en el Darién.
Finalmente, la Procuraduría a través de la delegada para Asuntos Ambientales, Minero Energéticos y Agrarios confirmó que continuará con el seguimiento preventivo, por la recuperación y conservación de esta región.