Columnistas | El Nuevo Siglo

La ley es para todos

 

No  obstante los buenos servicios que ha prestado a la ciudadanía en materia de seguridad, era de esperar y se justificaba la renuncia del Comandante de Policía de Barranquilla, por cuanto, como él mismo lo reconoce, su desautorización a los patrulleros y agentes que cumplían con su deber en el caso del senador Merlano no pudo ser más injusta e infortunada.

Diálogos trampa

 

Temeroso de que Israel, solo o con los EE.UU., emprenda una acción militar en su contra, Irán ha decidido proseguir con entusiasmo las negociaciones con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad.

Desesperada porque el gobierno conservador de España no accede a ninguna de sus pretensiones, la banda terrorista Eta, a la que muchos daban por liquidada, les plantea tanto a Madrid como a París una negociación cara a cara para salir del conflicto.

Duelo de Twittarnes

 

Ningún Presidente de la República ha tenido que aguantarse a un antecesor más cansón, que el que le ha tocado lidiar a Juan Manual Santos. Su predecesor no sólo carece del mínimo respeto por la dignidad presidencial que ostentó durante un período y detentó durante otro, sino que la prudencia tampoco es una de sus virtudes, a pesar de la exhibición pública que hace de sus presuntas convicciones religiosas.

La crisis

 

Es,  sin duda, la palabra  que más se escucha  en las conversaciones cuando se está en Europa bien sea en el café, en el restaurante, en los diálogos informales o en los debates especializados. Todo llega siempre  “al puerto de la crisis”. Lo importante es cómo se afronta esa realidad que es el punto en el cual un observador se da cuenta de que hay un posible juego detrás de ella.

¡Estamos hartos!

 

Fernando Londoño es un intelectual sobresaliente y uno de los mejores periodistas del país. Tiene el coraje de decir la verdad en su programa que se llama precisamente La Hora de la Verdad. El infame atentado debe mirarse como un ataque a la libertad de expresión.

Esperamos que no quede impune, como los magnicidios que han infestado la historia reciente de Colombia.

Duros de roer

 

La economía colombiana y en particular los empresarios son hueso duro de roer. El sector privado parece ‘blindado’ ante la barbarie que despliegan los enemigos de la paz y de la prosperidad.

Líderes empresariales, accionistas, directivos y dueños de grupos económicos coinciden en que nuestra economía se ha venido acostumbrando a convivir con la incertidumbre.